Escombreras poéticas

Escombreras poéticas

Ya no está de moda Rubén Darío, a quien Unamuno llamó: “Indio divino domesticador de palabras”. Este gran poeta nació en Metapa, un pueblo pequeñito de Nicaragua; era descendiente de indios chorotegas. Podía con las palabras componer música y pintura, como es el caso de “Sinfonía en gris mayor”: “El mar como un vasto cristal azogado./ refleja la lámina de un cielo de zinc;/ lejanas bandadas de pájaros manchan/ el fondo bruñido de pálido gris./ El sol como un vidrio redondo y opaco,/ con paso de enfermo camina al cenit;”/Rubén Darío es el autor del célebre poema: “El olímpico cisne de nieve/ con el ágata rosa del pico/ lustra el ala eucarística y breve/ que abre al sol como un casto abanico.”/
Hastiados de la sonoridad de Darío, algunos poetas no quisieron ser tambores. Uno de ellos, Enrique González Martínez, fallecido en 1952, escribió: “Tuércele el cuello al cisne, de engañoso plumaje,/ que da su nota blanca al azul de la fuente;/ él pasea sus gracias no más, y nada siente/ del alma de las cosas y la voz del paisaje”./ La poesía del malogrado García Lorca encantó a españoles e hispanoamericanos, por los efectos coloristas y dramáticos del mundo de los gitanos. Escribió: “se apagaron los faroles/ y se encendieron los grillos”./García Lorca, fusilado en 1936, describe: “Sin luz de plata en sus copas/ los árboles han crecido,/ y un horizonte de perros/ladra muy lejos del río.”/

Ya no está de moda Rubén Darío, a quien Unamuno llamó: “Indio divino domesticador de palabras”. Este gran poeta nació en Metapa, un pueblo pequeñito  de Nicaragua.

Cuando era estudiante todos los jóvenes interesados en la literatura leían a Pablo Neruda. La mayor parte, recitaba de memoria “20 poemas de amor y una canción desesperada”. Neruda dijo: “son más tristes los muelles cuando atraca la tarde”. La idea de que la tarde podía llegar, como un barco, y echar una soga melancólica en el muelle, les removía las tripas y el cerebro.

Neruda compuso el bellísimo poema 18, donde declara: “mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos”. Darío, García Lorca, Neruda, fueron grandes poetas. Representan minas sentimentales y expresivas, cuyas galerías se han ido agotando para públicos cada día más exigentes. Sorpresas de forma y fondo ofrecieron los poetas surrealistas. André Breton explicó: “mi mujer con pestañas de palotes de escritura de niño”.

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