¡Espero lo mejor!

¡Espero lo mejor!

“¡Nosotros le sacamos a la vida lo que esperamos de la vida!”

Un ambiente de incógnitas permanentes se ha cernido sobre la población debido a los efectos inmediatos de una pandemia de la cual no somos originarios, pero si parte… Herminio y su alter ego, Píndaro, están caminando por las calles del país observando a los demás en cómo caminan, cómo conversan –si es que no lo hacen discutiendo por el ‘quítame esta paja’, cómo las familias se desmoronan sin control porque ‘así lo dicta la tecnología’, y cómo se mueven entre un tránsito caótico por herencia de malas administraciones.

Las frentes de ambos se mantienen en todo momento en alto, aunque quizás muchos de los que ven en las calles ya han tenido algunas malas experiencias en sus vidas y realmente pudieran tener el anhelo de ser parte de algún grupo que les ayude a superar sus vivencias pasadas.

“¡Píndaro –exclama Herminio-, es fundamental que logremos comunicarles que si ellos logran esperar que algo positivo les pase les aumentarían las oportunidades de que realmente eso les pase!”… “Si –interrumpe Píndaro-, y cuando asimilen durante un tiempo esa convicción y la conviertan en una expectativa de valor personal, en ese momento la estarán convirtiendo en una muy posible realidad que se le pueda cumplir!”.

Mientras sortean los inconvenientes que las calles les presentan, ambos aprovechan ese valioso tiempo para revisarse y formarse una creencia basada en la esperanza… En una oportunidad de conseguir sus propósitos… En la posibilidad de conseguir que se les va a dar el derecho a mejorar sus vidas y así seguirán adelante hacia un presente mejor.

“¡Mírale la cara a ese! –exclama Herminio-, Parece que los años lo han vencido, pues se ve plegado y con un continuo ceño fruncido… Parece que el agua se le rebozó!”… “El promedio de sus vidas se le ha reducido rápidamente –comenta Píndaro-… ¡Es increíble cómo esta pandemia les ha puesto a dejarse influenciar por el ambiente externo y se han olvidado que está en ellos el retomar las posibilidades de superar sus propias situaciones!” –sentencia.

Las expectativas de aquellos que ven por las calles –que en su mayoría es la población misma-, parecen caminar sin darse el permiso de mirar una esperanza que les permita hacer realidad -en sus pensamientos- aquella esperanza de poder cumplir lo que se hayan propuesto… Herminio y Píndaro aspiran a que la población que observan puedan intentar lograr superar lo que se propongan en el tiempo… ¡y no se mueran la víspera!

Los medios de comunicación están haciendo lo imposible para que, por ejemplo, cada quien se pueda dar el permiso de tomar la decisión de preservar su vida a través de una tercera dosis de vacuna y así hacer equipo con las expectativas que quieran tener… “Es que la incertidumbre me está torturando! … Nadie me ha podido confirmar qué me va a pasar si me pongo esa fuñenda, o no!” -–exclama uno de las transeúntes que han encontrado, mientras parece sudar ante el solazo que le pica hasta el tuétano-… “¡Hay que hacerles ver a todos que deben crear la firmeza de poder soñar en vida, pues después de muertos serán otros lo que lo harán! –exclama Píndaro-… Deben convertir ese esfuerzo por ‘visualizar’ que lo que tengan la capacidad de soñar así sucederá”.

La realidad a descifrar es la de que una persona no va a llevar a cabo ningún tipo de acción, ni va a tomar una decisión sobre algo concreto, hasta ver qué sucede… Y, ahí está la clave para entonces poder darnos el permiso de utilizar mecanismos de convencimiento… “¡Quizás eso está fallando –piensa Herminio-, entre los responsables de crear conciencia pública en estos momentos!”… Sin embargo, cuando se hace el intento de querer crear falsas expectativas de que lo esperado se logrará de inmediato, te estarás casando con el fracaso… Se estarán fomentando raíces irracionales que debilitarán las bases fundamentales para la armonía aspirada…

“Es que… ¡mírale las caras a esa gente!… Tienen en ellos el sello de la incertidumbre! –exclama Píndaro-… Es imposible lograr lo contrario cuando se hace cuesta arriba el no poder confirmar lo que pasará en el futuro inmediato”… “Ahhh –interrumpe Herminio-, es que debemos incentivarles a pensar en depositar su confianza en aquello que, según se hemos estimado como expectativa alcanzable, es más probable que ocurra… En definitiva, intentamos crear una suposición que, de acuerdo a las circunstancias prevalecientes en estos momentos en el país, puede ser más o menos realista…”.

Tanto Herminio como Píndaro han estado caminando por las calles del país, y ambos han sentido el deseo de transmitir sus expectativas… Es Píndaro que grita a los cuatro vientos el éxito de su vida en estos momentos: “¡Nosotros le sacamos a la vida lo que esperamos de la vida!”.

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