Enero es el mes del natalicio del padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, y es el preferido por muchos senderistas para visitar la cima de la montaña de mayor altura de las Antillas, el Pico Duarte. Con una elevación de 3,087 metros sobre el nivel del mar, llegar a este lugar es una experiencia inigualable, pero muchos visitantes se aventuran a hacer el recorrido sin tomar las previsiones de lugar, poniendo en riesgo su vida y sin saber que pequeñas lesiones les podrían ocasionar dolores de cabeza en el futuro. Jóvenes que han visitado el lugar contaron su experiencia a La Esquina Joven del periódico HOY.
Joan José Monegro Medina, Emanuel Pérez Acevedo, Karls Vladimir Peña, William Sánchez y Vianny Solano, quienes visitan habitualmente el Pico Duarte, coinciden en destacar el gran esfuerzo físico y mental que se necesita para alcanzar la cima.
Afirman que es un reto a sí mismo poder lograr la meta, pero, sobre todo, comprobar que todo es posible siempre y cuando exista disposición mental.
Entrenamiento. Recomiendan entrenamiento constante de algún ejercicio cardiovascular (correr, caminar a paso rápido, nadar, montar bicicleta) que permita desarrollar la resistencia que requiere el cuerpo para soportar caminatas en los senderos que conducen al pico, que pueden durar de cinco hasta 10 horas por día. Además, un elemento importante para resistir el trayecto es contar con comida suficiente que reponga la baja en glucosa en la sangre (carbohidratos, frutas, proteínas y dulces) y suficiente agua.
Grupos de senderistas no permiten en sus excursiones personas con problemas del corazón, diabetes o respiratorios, porque conocen las situaciones adversas que pueden enfrentar sin disponer de médicos o ambulancias.
Los jóvenes resaltaron que un elemento importante que deben tomar en cuenta son los cambios de temperatura, de calor, lluvia y frío en la noche que puede alcanzar temperaturas bajo cero. Por lo que se requiere contar con ropa para enfrentar estas circunstancias.
El equipaje debe incluir: ropa gruesa para el frío y ligera para las caminatas; una linterna; capa protectora de lluvia liviana; silbato para emergencias; calmantes o cualquier medicamento de uso personal que necesite, meriendas personales para el camino y mucha energía para disfrutar de la aventura.
Durante la visita al Pico Duarte se puede acampar en los puntos o paradas dispuestos por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como disfrutar de fogatas grupales y en determinados lugares se permite cocinar con leña.
Rutas. El administrador del Parque Nacional Armando Bermúdez, José Sosa, explica que existen alrededor de cuatro rutas para subir al Pico Duarte. Estas son Jarabacoa, San José de las Matas, San Juan y Constanza. Esta cúspide es visitada por un promedio de cuatro a cinco mil personas al año.
El recorrido se puede hacer a pies o en mulos, según lo prefiera, pero es importante estar en buena condición física, pues es necesario tener suficiente resistencia para hacer largas caminatas que pueden durar hasta diez horas por día, según la persona.
La ruta de Jarabacoa, en La Ciénaga de Manabao, es la más corta, donde se puede disponer como mínimo de tres días para llegar y está compuesta de más de 23 kilómetros de caminos, en su mayoría ascendentes. Por esta ruta conocida como La Ciénaga-pico Duarte, los aventureros tendrán que caminar por senderos pedregosos, enlodados, resbalosos, peligrosos y temerarios, que pondrán las rodillas a temblar, las piernas a flaquear y que requerirán tener espíritu y disposición para seguir avanzando, a pesar del dolor, hasta llegar a la meta del día. Todo este esfuerzo pone a prueba el corazón, los pulmones, los tobillos, rodillas y piernas en general. Sin mencionar que todo el cuerpo sentirá el cansancio.
Paisaje. Lo más importante del viaje es estar en contacto con el aire fresco de montaña y sus bellos paisajes sin el menor ruido de la ciudad; esto es precisamente lo que lleva a muchos aventureros a volver una y otra vez a disfrutar de esta excitante aventura.
Durante el recorrido se pueden apreciar numerosos atractivos propios de los ecosistemas de montaña que predominan en la cordillera Central, donde se encuentra el Pico Duarte, como son los valles intramontanos, los arroyos y ríos de aguas cristalinas, la presencia de aves y los hermosos senderos.
En el lugar se aprecian bellos atardeceres y amaneceres y se disfruta de temperaturas bajas durante todo el año.