Vaticano.- Las condiciones de salud del papa emérito Benedicto XVI no son “particularmente preocupantes”, aseguró hoy la Santa Sede, después de que se supiera que sufre un herpes en la cara que, destacó, es “doloroso, pero no grave».
El portavoz vaticano, Matteo Bruni, transmitió la explicación del secretario personal de Joseph Ratzinger, monseñor Geor Gänswein, quien ha comunicado que “las condiciones de salud del papa emérito no representan particular preocupación».
“Son las de un anciano de 93 años que está superando la fase más aguda de una enfermedad dolorosa, pero no grave”, señaló.
Esta mañana el diario alemán “Passauer Neue Presse” informó de que Benedicto XVI se encontraba gravemente enfermo por una infección de herpes zóster en la cara, citando a su biógrafo, Peter Seewald.
Detalló que sufre la enfermedad desde que regresó a Roma a finales de junio, tras viajar a Ratisbona para despedirse de su hermano, el arzobispo Georg Ratzinger, al que estaba muy unido y que falleció días después, el 1 de julio.
Según Seewald, quien el sábado pasado entregó a Joseph Ratzinger su biografía, el papa emérito se encuentra en un estado extremadamente delicado, aunque en su encuentro se mostró optimista, a pesar de su dolencia, añadió el diario.
Seewald afirmó que Benedicto XVI razona y mantiene la memoria, aunque su voz prácticamente es imperceptible, y que el papa emérito declaró que, si recupera las fuerzas, posiblemente vuelva a escribir unas líneas.
Precisó que el testamento espiritual de Benedicto XVI ya está redactado y se hará público tras su muerte y que incluso ha elegido la antigua tumba de su predecesor, Juan Pablo II, para reposar en la cripta de la basílica de San Pedro.
Seewald y Benedicto XVI han publicado conjuntamente cuatro libros de entrevistas con una tirada internacional de alrededor de tres millones de ejemplares.
Benedicto XVI renunció al papado en febrero de 2013, lo que constituyó una histórica decisión, y desde entonces reside en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano.