La obesidad es una enfermedad multifactorial, resultante de causas genéticas, ambientales, biológicas y conductuales, desencadenando la acumulación excesiva de grasa y una respuesta inflamatoria asociada a más de 200 enfermedades.
Nuestro genotipo ahorrador, útil en épocas de escasez, ahora contribuye a la obesidad en un mundo de sobreabundancia alimentaria. La distribución de estos genes sigue una curva de campana de Gauss, variando en la población desde una mínima herencia de genes ahorradores hasta una alta herencia. Esto sugiere que, genéticamente, estamos adaptados para un entorno opuesto al actual, donde factores ambientales y de estilo de vida siguen activando estos genes mediante mecanismos epigenéticos.
El peso de un mundo en nuestros hombros
En un mundo hiperalimentado, pero mal nutrido, expuesto a disruptores endocrinos y sedentarismo, la obesidad es fácil de adquirir y difícil de tratar sin recidivas.
Jean-Pierre Poulain, sociólogo, plantea cuestionarnos ¿cuál es la verdadera naturaleza de nuestros hábitos alimenticios? Esto nos llevaría a plantear un nuevo interrogante: ¿cómo promover la adopción de prácticas saludables para una diversidad de individuos en un contexto social y temporal específico?
¿Podemos liberarnos del entorno obesogénico sin revertir los efectos de la industrialización, renunciando a las comodidades de la vida moderna, o estamos destinados a seguir luchando contra el aumento de peso? si nos enfocamos en cambiar solo los alimentos sin abordar las actitudes y motivaciones que generan los desequilibrios alimentarios y sus repercusiones, ¿realmente estaremos tomando medidas efectivas?