POR MARIVELL CONTRERAS
Es mucha la expectativa que se ha creado en el país con la próxima presentación de la película dominicana Andrea, promovida como la primera en el género del suspense que se filma en el país por un director nuestro y con un elenco completamente dominicano.
Además del apoyo que ha recibido de los medios luego de que ésta ganara el premio del público del Festival de Miami, Andrea, que fue grabada completamente en locaciones naturales y montadas de Moca y sus comunas Juan López y Villa Trina, se ha convertido en un tema de boca a boca cotidiano de carros y guaguas públicas, colmados y encuentros de jóvenes. Todo apunta a que llenará los cines del país a partir del 18 de agosto y que concitará igualmente la atención del público de los países donde desde ya está estipulado, se presentará (Puerto Rico, Miami, New York, México)
Esta premisa de interés nos llevó a encontrarnos con el director de Andrea, Roger Bencosme, quien vino acompañado de tres de las participantes en el film.
LOS TRES DE PELÍCULA
Tal y como el propio Roger establece además de la película que ya está lista para dos grandes galas una en Santiago y la otra en Santo Domingo-, se podría hacer otra película de cómo se hizo «Andrea».
Lo primero es que los tres jóvenes que presentan credenciales como cineastas con «Andrea» no proceden de ninguna escuela de cine, ni de producción, ni de guión, ni de técnicos. Roger Bencosme, Frankeli Bencosme y Franklyn Vásquez eligieron aprender por su propia cuenta a hacer una película.
Cuenta que se tardaron un año investigando, leyendo, aprendiendo cada uno por separado y confrontando semanalmente dos veces por semana- lo descubierto. Aún no tenían el tema de la película, solo la intención de hacerla.
Lo que sí tenían claro los Hermanos Bencosme y su amigo del alma Frankeli Vásquez es que debía ser de suspense «por la acogida que tiene el género». Que debía ser una historia de interés internacional y que debían grabarlo en su pueblo natal «el campo donde uno nació y se crió».
Roger recordó una experiencia que tuvo cuando contaba con apenas 12 años en la que una joven fue supuestamente poseída al tomar una cruz de una tumba y ponerla en la tumba de su abuelo porque esta no tenía cruz. Habló con ésta y le dijo que sí y se dejó entrevistar, él y sus compañeros se pusieron de acuerdo y ya tenían base para hacer el guión.
La decisión de ir a Moca además del peso y la vinculación emocional tiene que ver con el bajo presupuesto con que contaban y la necesidad de ahorrar en comidas, traslados y personal y con el hecho de que fuera una historia real y mocana.
Eso facilitó el trabajo de escritura del guión y el resto. Cuando Roger escribía el guión «lo tuve que hacer pensando no en lo que queríamos hacer, sino en lo que podíamos hacer». Explica que armó la película plano a plano y escena a escena contándole siempre a Frankeli lo que quería como efecto especial- y él le decía si se podía o se tomaba su tiempo buscándole una solución.
Cuando el guión estuvo listo y ellos se sintieron en capacidad de empezar a rodar, tuvieron que hacer una diligencia más: buscar el dinero. Los Hermanos Bencosme hicieron una hazaña similar por separado: cada uno refinanció su casa y Franklin Vásquez recogió todos sus ahorros más lo de su mamá para poner su parte.
Sostiene Roger que mucha gente se le ha acercado para reclamarle que debieron pedir ayuda para hacer esta película, pero que él está seguro que no lo iba a encontrar porque no tenían ningún aval ni bagaje para hacer una película de suspenso, «los únicos que nos podían apoyar eran nuestros familiares, aunque en principio tampoco creían».
Asegura que para el próximo proyecto y tras los previsibles resultados de esta «pediremos ayuda». Por el momento están muy agradecidos del apoyo recibido de Alberto Núñez ya que esto le permitió culminar el trabajo que habían iniciado con un presupuesto de cien dólares con uno de doscientos cincuenta mil dólares.
LO QUE CUESTA POCO DINERO…
Cuesta mucho tiempo. Sí porque la grabación de esta película se extendió por seis largos meses. Tiempo en el cual los directivos de The Robles Films se encargaron de seleccionar a los actores profesionales y a reclutar jóvenes y personas sin experiencia, pero que pudieran servir para los distintos papeles. Otra de las grandes hazañas fue la de preparar y armar el cuerpo técnico con jóvenes de 13 a 19 años- que nunca habían hecho nada similar logrando no solo eficiencia en el oficio sino inclusive multiplicidad de papeles.
«Si el director sabe lo que quiere puede poner a actuar a cualquier persona», explica. Agrega que para hacer «Andrea» no hubo nada fácil «todo fue muy difícil, si me pongo a sacar no puedo decir que nada fue fácil».
Entre todos construyeron un cementerio «que se nos dañó 3 veces por la lluvia». Construyeron una habitación giratoria y hasta la grúa que usaron para la única cámara que tenían y que en medio del rodaje tuvo que ser enviada a reparar a los Estados Unidos.
Para hacernos tener una idea del gran esfuerzo que hicieron y lo sincronizado que tenían su trabajo nos explica que cualquier película gasta 100 mil pies y 150 mil pies de película para una producción y que en Andrea ellos gastaron apenas 40 mil pies y «sacamos dos horas de película».
YA QUE TODO ESTA LISTO
Dice Roger que las expectativas fueron superadas en más de un cien por ciento. Dice que ellos están tranquilos, porque además de haber sido aprobados por el público de un festival como el de Miami y de contar con los testimonios y entusiasmo del personal técnico de Canadá han visto la película y es exactamente «la misma que tenía grabada en la cabeza antes de empezar a grabar».
«Fue un trabajo difícil que valió la pena. Nunca hubo problemas, nos hemos quedado como una familia», afirma.
Dice que si hubiera sido por dinero, esta historia no se hubiera filmado, pero que ellos trabajaron con un propósito que fue conseguido y que ahora solo esperan que la gente vaya al cine y la disfrute «porque va a entretenerse» y a reírse y a asustarse y a llorar «todo eso mientras intenta descifrar la historia».
MOCANOS DE PURA CEPA
A los 17 años, Roger Bencosme emigró a los Estados Unidos. De eso hacen exactamente 17 años. Iba a estudiar medicina y tres días antes de iniciar las clases se fue de Puerto Rico para Nueva York. Confiesa que todavía a los 25 años se preguntaba Dios mío, ¿qué es lo que yo soy? La respuesta le llegó por tres vías: primero, su hermano compró una cámara VHS y juntos empezaron a filmar bodas, cumpleaños y hacer ediciones de videos que le quedaban muy bien. Segundo, en el proceso empezó a darse cuenta de que tenía facilidades para escribir. Tercero, se mudaron de Nueva York a Boston y encontraron una televisión virgen con una programación tan mala que estuvieron seguros que podían hacerlo mejor. Así se convirtieron en productores y presentadores de televisión. Adicionalmente producían comerciales, videos musicales y hasta una miniserie de Batman. Todo esto, paso a paso hasta que decidieron hacer una película que ya es un hecho: «Andrea».
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