Un equipo de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia) analizó durante una investigación que el efecto de desayunar regularmente influye sobre el cambio de peso y la ingesta diaria de energía.
Comer más temprano podría promover una mayor saciedad debido a que el desayuno conduce a una sobrecompensación de energía durante el día. Además, se postula que las propiedades saciantes de los alimentos a lo largo del día disminuyen.
Según un experimento, los investigadores descubrieron que la ingesta diaria total de energía fue mayor en quienes desayunaron que en quienes lo evitaron, con un promedio de 260 calorías más.
Además, los que optaron por no desayunar eran en promedio casi medio kilo más flacos que los otros.
Por otro lado, el efecto del desayuno no difirió entre las personas con un peso normal y aquellas que tenían sobrepeso.
Debido a la calidad variable de los estudios incluidos, los hallazgos de esta investigación deben interpretarse con cautela, advirtieron sus autores, y afirmaron que se necesitan más ensayos de alta calidad de mayor duración para examinar el papel del desayuno en un enfoque general de control de peso.
Datos del Clarín