Parecía dispuesto a convertirse en una de las estrellas más grandes de Hollywood cuando recibió una nominación al Oscar por su papel secundario como el policía novato Jake Hoyt en “Training Day” en 2001, pero Ethan Hawke está lejos de sentirse cómodo con los privilegios que otorga el éxito. En los años siguientes eligió proyectos más pequeños y de mayor satisfacción por sobre los posibles éxitos de taquilla. Se encontró nominado en la misma categoría más de una década después, cuando se asoció con Richard Linklater para el drama “Boyhood”, que filmó durante 12 años y en 39 días de rodaje, y nuevamente, se negó a capitalizar el bombo publicitario. Cuando The Guardian le preguntó al actor por qué todavía no se había disfrazado de superhéroe, respondió: “Ese no es mi sueño”. Pero pasó el tiempo y cambió de opinión ya que será el villano en la serie “Moon Knight” de Marvel para Disney+.
Tras el éxito de “La sociedad los poetas muertos” (1989), su vida tomó un rumbo ascendente. Pero fue inteligente y actuó con rapidez: se alejó del submundo de las drogas y el alcohol en el que cayeron otros compañeros de su generación. “Sé lo difícil que es convertir esa atención en cualquier cosa que no sea autodestrucción”.
Su historia de amor con Uma Thurman lo convirtió en un personaje de la prensa del corazón. Pero para Hawke, que busca transcender con su arte y evita ser famoso por cuestiones extra laborales, fue letal. Una vez declaró que le era muy difícil estar casado “con una estrella del cine”. No lo pudo manejar y terminó viviendo en un hotel por dos años.
Para las nuevas generaciones es el padre de Maya Hawke, una de las promesas del cine que con tan solo 22 años ya ha trabajado bajo las órdenes de Tarantino- ex novio de su famosa madre- y parte del suceso de Netflix, “Stranger Things”. “Maya, que siempre fue una artista, está escribiendo poemas, componiendo canciones. Uno de los momentos más hermosos de mi vida fue verla actuar”, expresó el actor al hablar de su hija mayor.
Creció rodeado de republicanos, pero él siempre estuvo en la vereda de enfrente. Busca proyectos que lo inquieten, y otros que lo ayuden a pagar las cuentas. No trabaja por el dinero, dice. Es honesto y lejos de ser políticamente correcto. Para él nada ha cambiado en la industria. Si le consultan al respecto habla de desigualdad y machismo, pese a que muchos quieran mostrar otra cosa: “La idea de que Hollywood ya no es un club de chicos simplemente no es cierta. Hice 50 películas y me dirigió una mujer dos veces. Tengo tres hijas y por eso veo la misoginia con más claridad que nunca”.
Hawke ama su trabajo, pero también lo sufre. “Siento que hay una relación directa con la cantidad de ansiedad que hay en mi cuerpo, con la cantidad de personas que tengo a mi alrededor. Soy un actor en mi esencia. Realmente disfruto haciendo feliz a la gente, contando historias, pero es agotador. Normalmente me siento mejor cuando estoy solo”.
El cuatros veces nominado al Oscar se casó en 2008 con Ryan Shawhughes, la niñera a la que tacharon de ser la responsable del fracaso de su matrimonio y con la que ha tenido dos hijas. Desde entonces, viven felices en Nueva York lejos y disfrutan de la isla privada que Ethan se compró en la costa de Nueva Escocia, Canadá. Como alguien que ha expresado desdén hacia la frivolidad en torno al mundo de las celebridades, parece extraño que Hawke haya gastado una importante suma de dinero para ese tipo de capricho. Su relación con ese lugar se remonta a la década de 1990, cuando comenzó a asistir a retiros de escritura en la cabaña de un amigo. Él lo explica mejor. “Tengo amigos allí y los visitaba con frecuencia. Una mujer mayor que ya no podía cuidar de su isla me preguntó si lo compraría. Un armario en Manhattan cuesta más que una isla en Nueva Escocia. Así que respondí que sí. Y estoy feliz de haberlo hecho”.
La química con Linklater y Julie Delpy
Fue en 1993 cuando Hawke conoció a Richard Linklater y nació una asociación creativa que perdura hasta el día de hoy. Linklater buscaba actores que estuvieran dispuestos a “ser brutalmente honestos consigo mismos, entre ellos y con el proceso”, y como le dijo a The New Yorker: “Ethan estaba dispuesto a caminar por la cuerda floja artística”. Hawke y la actriz francesa Julie Delpy terminaron reescribiendo partes de la película que se convertiría en “Before Sunrise”. Y el director supo la primera vez que los vio juntos que serían perfectos como los enamorados Jesse y Céline, que pasan una noche juntos en la deslumbrante ciudad de Viena después de un encuentro casual en un tren.
“Conocer a Julie fue como conocer a un personaje de una novela, como Anna Karenina o algo así”, dijo Hawke a The New York Times en el 25 aniversario de la película independiente aclamada por la crítica. “Es una persona muy profunda. Nunca me había sentido tan estadounidense y tan tonto en mi vida”. Aprendió mucho durante el rodaje. Linklater -en propias palabras del actor- lo alentó a olvidar todo lo que creía saber sobre la actuación y a entregarse al instinto. “Supongo que se trata de romper la máscara que usamos para el mundo y dejar que la mayor cantidad de verdad se filtre por las grietas”.
A los 50 años el actor vive un particular momento de gloria después de muchos años planificando una carrera que ha evitado tomar el camino fácil. Es el creador, productor, coguionista y protagonista de “The Good Lord Bird”’, serie sobre el celebre abolicionista estadounidense John Brown. Un proyecto televisivo en el que trabaja con su hija mayor con quien volverá a coincidir en una comedia sobre los Beatles que llevará por título “Revolver”.
Es un hombre afortunado y es conciente de la enorme suerte que ha tenido: “Creo que la mayoría de la gente es buena en más cosas de las que el mundo les da la oportunidad de hacer”. Con 35 años en la industria cinematográfica, Hawke siempre se ha caracterizado por huir de lo fácil y explorar con pasión nuevos horizontes como artista. Ha escrito cuatro novelas y ha dirigido tres obras teatrales en el off-Broadway neoyorquino. Además, posee un premio Donostia. Se nota que por sus venas corre el talento de su tío bisabuelo, el dramaturgo Tennessee Williams, autor de “Un tranvía llamado deseo”.
El abandono de su padre
El sueño de Hawke comenzó con una infancia atípica. Originario de Austin, Texas, creció en un hogar religioso donde la fe desempeñaba un papel importante. “Tenía fanáticos por todos los lados”, dijo el actor una vez al medio Reader’s Digest. “Mi respuesta fue verter todo ese pensamiento en el arte … Esa ha sido la iglesia que elegí: películas, libros, rock and roll,”. No provenía de una familia de artistas. Su madre Leslie era enfermera y su padre James trabajaba en seguros, y más tarde como matemático. Un vez incluso calculó las probabilidades de que su hijo se convirtiera en un actor de éxito.
Hijo único, los padres de Hawke eran muy jóvenes cuando lo trajeron al mundo en 1970. Su papá tenía 20 años, mientras que su madre sólo tenía 18. Se separaron cuando él solo tenía cuatro. Durante los siguientes años, él y su madre se mudaron por todo el país (Connecticut, Vermont, Georgia) hasta que ella finalmente se volvió a casar cuando él tenía diez años y se establecieron en Nueva Jersey. Su padre regresó a Texas después de la separación y Hawke se esforzaría por impresionarlo durante las raras visitas. En declaraciones a The New Yorker, el actor reveló que buscaba incasablemente el amor de su padre. “Quería que le agradara. Sabía que actuaba para él. Me odiaba por eso”.
Su relación con su padre siguió siendo turbulenta. Las cosas llegaron a un punto crítico cuando Hawke tenía 16 años. Fingir ser una persona en compañía de su padre y otra con su madre le estaba pasando factura mentalmente, y terminó teniendo un colapso en un vuelo a casa a Nueva Jersey. “Cuando era joven, mi padre era un héroe más allá de los héroes, porque es muy fácil amar a alguien que no está presente”, dijo el actor. “Y luego, al envejecer, realmente me resentí con él y me sentí totalmente abandonado”. No es de extrañar que sus dos primeras novelas, The Hottest State, que luego adaptó para la pantalla grande, y Ash Wednesday, presentaban personajes en hogares rotos.
Comprensiblemente, buscó una familia sustituta en los set de rodaje. Cuando tenía 15 años, obtuvo su primer papel junto a River Phoenix en la película de 1985, “Los exploradores”. Se convirtieron en grandes amigos. Incluso robaron y estrellaron la motocicleta del padre de Phoenix. Hawke terminó con la pierna rota y poniendo en pausa el rodaje. Pero el público odió la película. La gente salió del estreno completamente decepcionada. “Estaban hablando de la mierda que era la película”. Hawke estaba devastado. Sin embargo, con el paso del tiempo pasó a ganar estatus de culto y es considerado material obligatorio para los fanáticos de la ciencia ficción de los 80.
Cuatro años después, protagonizó “La sociedad de los Poetas muertos” junto a Robin Williams. Un trabajo que le dio popularidad. Con su papel en la comedia romántica “Generación X” con Winona Ryder obtuvo el reconocimiento de los críticos.
Pero ser uno de los chicos del momento no era para él. Los primeros años de Hawke en Hollywood fueron difíciles y por eso buscó estabilidad. Un equilibrio que encontró en su matrimonio con Thurman cuando tenía 28 años. “Creo que desde muy joven lo anhelaba mucho. Quería un centro, algo desde lo que puedas construir. Por eso lo hice”.
Un divorcio que lo llevó a la depresión
Ethan Hawke conoció a Uma Thurman, la mujer que se convertiría en su primera esposa y la madre de sus dos primeros hijos, en el set del drama de ciencia ficción “Gattaca” en 1997. Un año más tarde se casaron y luego se convirtieron en padres de Maya y Levon. Todo terminó oficialmente entre ellos en 2005, si bien llevaban separados desde 2003. Fue un divorcio que provocó un frenesí mediático por rumores de infidelidad por parte del actor.
Sus carreras prosperaron durante su matrimonio pero nunca supieron o pudieron conciliar sus trabajos con la vida familiar. Thurman estaba en la ola de “Kill Bill”, y Hawke estaba recibiendo elogios por su actuación en “Training Day”. “Con Uma fue una cuestión de matemáticas.Yo estaba buscando en el matrimonio una casa, una seguridad, una base, una familia. Buscaba lo contrario de lo que era mi vida, siempre expuesta a los flashes, pero me enamoré de alguien que sólo sumó más flashes a mi intimidad. Nuestro matrimonio se convirtió en la antítesis de lo que yo deseaba”, explicó al diario El País en 2016. Ser considerado Mejor Actor de Reparto junto a Ben Kingsley, Ian McKellen, Jon Voight y Jim Broadbent por la Academia de Hollywood fue “el mejor momento de su carrera”, afirmó Hawke a la revista GQ hace cuatro años cuando promocionaba “First Reformed” de Paul Schrader. “En muchos sentidos, podría haber sido el comienzo de algo muy bueno. Pero me divorcié y mi vida personal se vino abajo”.
Aquel fracaso hizo que cayera en una profunda depresión y vivió una de las peores épocas de su vida. Abandonó el cine, se recluyó durante dos años en el famoso hotel Chelsea de Nueva York para escribir y cuanto tuvo las baterías renovadas, regresó al teatro. En ese momento también se cuestionó la vida como estrella de Hollywood. “Cuando estás tan deprimido es muy fácil ver todo lo que es falso de la gente y de la vida, y eso me sucedió. Me puse a pensar en la hipocresía de las celebridades, la falsedad de todo”
“Me salvó el trabajo, el teatro… y mis hijos. Eso es lo maravilloso de los hijos, que es que te necesitan todos los días, y eso le da un equilibrio a tu vida, no te convertís en una persona egocéntrica que solo gira sobre su eje”, manifestó.
Su recuperación también vino de la mano de un rodaje, el de “Antes de atardecer”, la segunda entrega de la trilogía de Linklater. Según sus propias palabras, pasar ese verano en París le hizo reconectar con la vida. Fue una experiencia catártica para el actor.
Una vez divorciada, Thurman le concedió una entrevista muy emotiva a la presentadora Oprah Winfrey, en la que se mostró muy vulnerable y triste por la ruptura, y en la que también brindó su perspectiva de los hechos. “No suelo hablar de esto porque pienso que la mitad de la población pasa por lo que yo pasé, pero lo cierto es que es muy duro”, manifestó la actriz de “Kill Bill”. “Nuestro matrimonio fracasó. Yo debería también asumir mi parte de la culpa, culpar a la otra persona no genera nada bueno”.
“Angelina Jolie nació para hacer débiles a los hombres”
A Ethan Hawke no le gusta tener intimidad frente a las cámaras. “La gente nunca quiere escuchar esto porque destruye la fantasía, pero siempre me ha resultado extraño”, dijo una vez. Sin embargo, lo extraño no siempre es malo. Cuando Hawke apareció en el programa Watch What Happens Live en 2013, reveló el nombre de la actriz con la que compartió su mejor beso en pantalla. Fue durante el rodaje de “Vidas ajenas”, un thriller psicológico del 2003 que protagonizó junto a la entonces esposa de Brad Pitt.
“El mejor beso en pantalla que tuve fue con Angelina Jolie”, dijo Hawke al presentador Andy Cohen. “¿Qué lo hizo tan grandioso? Labios acolchados, mucha lengua…”. Cuando se le pidió más detalles, Hawke añadió: “Angelina Jolie nació para rebajar a los hombres, para hacerlos débiles. Y cuando te besa, no sabes ni tu nombre”.
Los críticos también disfrutaron del beso, pero eso fue todo. La película fue un fracaso y tiene solo un 22% de pópularidad en el sitio de críticas Rotten Tomatoes, donde fue descrita como un “thriller elegante pero predecible donde las únicas emociones las ofrece la sensual Angelina Jolie”.
Casado con la ex niñera de sus hijos y en lucha por la monogamia
La historia de Hollywood está plagada de historias de estrellas que engañan a sus parejas con la niñera de sus hijos, pero según Ethan Hawke, no fue así entre él y Ryan Shawhughes. Cuando la prensa se enteró de que su matrimonio con Thurman estaba colapsando, comenzaron a surgir rumores de que Hawke le había sido infiel. Thurman añadió algo de leña al fuego cuando se sentó con Oprah Winfrey unos meses después de finalizar su divorcio y afirmó: “Hubo algo de eso al final. Estábamos pasando por un momento difícil, y sabes cómo se comporta la gente para expresar su infelicidad”.
Hawke negó con vehemencia que hubiera roto sus votos matrimoniales.“Uma y yo no nos separamos por la infidelidad de nadie”, insistió, y cuando el tema volvió a surgir en 2019 durante una entrevista con The Guardian, el actor despejó todas las dudas. “Conocí a Ryan a través de mi agente literario, y ella fue de hecho una de las niñeras de Maya y Levon durante el rodaje de una película”, explicó, y agregó: “Mi matrimonio se desintegró debido a muchas presiones, pero Ryan no tuvo nada que ver“.
Aproximadamente un año después de su separación con Thurman, se encontró con Shawhughes en un parque. “Ella siempre ha sido una mujer extremadamente sensata, sin tonterías, y francamente pensé que eso podría ser bueno para un loco como yo. Así que cuando me invitó a salir, respondí: ‘Sí’. La verdad es que cuando Ryan y yo nos enamoramos, había pasado mucho tiempo desde que la contraté”.
No buscaba una relación cuando se conocieron. “Fui muy cauteloso durante ese período de mi vida y quería desesperadamente quedarme soltero; definitivamente no quería volver a casarme nunca. Pero a veces la vida te pasa. Ahora, amo a Ryan tremendamente”.
El actor también ha sido sincero sobre la monogamia.“Hay una visión tan infantil de la monogamia y la fidelidad. Inmediatamente se prejuzga, y no se tiende a analizar que nuestra especie simplemente no es monógama”, declaró hace unos años en diálogo con la revista Porter. Amitió que está contento con su esposa, pero reconoce que puede pasar cualquier cosa en el futuro. “Los seres humanos somos seres sexuales. La fidelidad sexual no puede ser todo de lo que dependas de tu relación”, opinó el actor que está casado con Shawhughes desde 2004 y con quien tiene dos hijas: Clementine e Indiana.