Exministro opuesto a la fusión de ministerios

Exministro opuesto a la fusión de ministerios

La propuesta del presidente de la República para fusionar el Ministerio de Educación (Minerd) con el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) suscitó la oposición por parte del doctor Andrés Rafael Reyes Rodríguez, exminitro de Educación y fundador del Mescyt.

En un análisis, el exministro advirtió que tal fusión sería un retroceso y podría afectar negativamente la calidad de la educación en ambos niveles. Reyes Rodríguez argumentó que Minerd y Mescyt poseen funciones muy diferentes, comparando su relación con “el agua y el aceite”.

Resaltó que la creación del Mescyt a inicios de este siglo fue una respuesta a la necesidad de mejorar la calidad de las instituciones de educación superior en el país, destacando los avances en infraestructura y adecuación a los mercados nacional e internacional desde su fundación.

El exministro señaló que la inversión en educación debe ir en aumento, considerando que el desarrollo del país depende de un recurso humano bien preparado. Afirmó que la reducción del gasto en educación es un error que puede frenar el crecimiento económico y generar una deuda a largo plazo.

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Reyes Rodríguez también delineó dos etapas de la educación: la educación obligatoria (infantil, primaria y secundaria), que debería ser financiada principalmente por el Estado, y la educación superior, que abarca la formación profesional, la investigación y la transferencia de conocimiento. Destacó que, aunque ambas etapas son complementarias, tienen objetivos y destrezas distintas, lo que hace que su gestión deba ser igualmente diferenciada.

Advirtió que, al fusionar ambos ministerios, la educación superior podría relegarse a un segundo plano, priorizando la resolución de problemas urgentes en la educación preuniversitaria, lo que podría descuidar los objetivos de largo plazo relacionados con la investigación y la innovación.

Reyes Rodríguez concluyó que la separación de estos ministerios es un modelo adoptado por muchos países occidentales, lo que permite atender de manera más efectiva las necesidades específicas de cada nivel educativo. Su crítica a la propuesta de fusión busca resaltar la importancia de mantener una estructura ministerial que apoye tanto la educación básica como la superior de manera adecuada y diferenciada.

Además, sugirió que la educación superior requiere un enfoque específico que fomente la investigación y la innovación, elementos clave para el desarrollo tecnológico y científico del país. Propuso que se implementen políticas que fortalezcan las alianzas entre universidades e industrias, lo que no solo beneficiaría a los estudiantes, sino que también impulsaría la economía al generar un capital humano más capacitado y adaptado a las demandas del mercado.

Argumentó que, en lugar de fusionar ministerios, se deben implementar estrategias que fortalezcan cada área de la educación de forma independiente, asegurando una mejor calidad y un desarrollo sostenible en todos los niveles.

La propuesta del presidente de la República para fusionar el Ministerio de Educación (Minerd) con el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) suscitó la oposición por parte del doctor Andrés Rafael Reyes Rodríguez, exminitro de Educación y fundador del Mescyt.

En un análisis, el exministro advirtió que tal fusión sería un retroceso y podría afectar negativamente la calidad de la educación en ambos niveles. Reyes Rodríguez argumentó que Minerd y Mescyt poseen funciones muy diferentes, comparando su relación con “el agua y el aceite”.

Resaltó que la creación del Mescyt a inicios de este siglo fue una respuesta a la necesidad de mejorar la calidad de las instituciones de educación superior en el país, destacando los avances en infraestructura y adecuación a los mercados nacional e internacional desde su fundación.

El exministro señaló que la inversión en educación debe ir en aumento, considerando que el desarrollo del país depende de un recurso humano bien preparado. Afirmó que la reducción del gasto en educación es un error que puede frenar el crecimiento económico y generar una deuda a largo plazo.

Reyes Rodríguez también delineó dos etapas de la educación: la educación obligatoria (infantil, primaria y secundaria), que debería ser financiada principalmente por el Estado, y la educación superior, que abarca la formación profesional, la investigación y la transferencia de conocimiento. Destacó que, aunque ambas etapas son complementarias, tienen objetivos y destrezas distintas, lo que hace que su gestión deba ser igualmente diferenciada.

Advirtió que, al fusionar ambos ministerios, la educación superior podría relegarse a un segundo plano, priorizando la resolución de problemas urgentes en la educación preuniversitaria, lo que podría descuidar los objetivos de largo plazo relacionados con la investigación y la innovación.

Reyes Rodríguez concluyó que la separación de estos ministerios es un modelo adoptado por muchos países occidentales, lo que permite atender de manera más efectiva las necesidades específicas de cada nivel educativo. Su crítica a la propuesta de fusión busca resaltar la importancia de mantener una estructura ministerial que apoye tanto la educación básica como la superior de manera adecuada y diferenciada.

Además, sugirió que la educación superior requiere un enfoque específico que fomente la investigación y la innovación, elementos clave para el desarrollo tecnológico y científico del país. Propuso que se implementen políticas que fortalezcan las alianzas entre universidades e industrias, lo que no solo beneficiaría a los estudiantes, sino que también impulsaría la economía al generar un capital humano más capacitado y adaptado a las demandas del mercado.

Argumentó que, en lugar de fusionar ministerios, se deben implementar estrategias que fortalezcan cada área de la educación de forma independiente, asegurando una mejor calidad y un desarrollo sostenible en todos los niveles.

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