Hoy julio 26 es 68 aniversario asalto al cuartel Moncada del Ejército cubano en Santiago de Cuba, acción de incuestionable valor por un grupo de osados dirigidos por el joven abogado Fidel Castro Ruz, fracaso militar, pero de innegable impacto en la sociedad cubana de entonces.
Presos los sobrevivientes, inclusive Fidel, confinado en el penal Isla de Pinos, posterior amnistiados todos por el dictador general Fulgencio Batista, emprendiendo el exilio a México, reorganizando al Movimiento 26 de Julio, tarea de 36 meses, hasta desembarcar en el Granma con 82 expedicionarios, iniciando odisea de Sierra Maestra, culminando derrota dictadura batistiana el 01-01-1959, comienzo era guerrilleros en el poder.
Riguroso introito, base imprescindible para intentar describir apretado, empinado periplo de 62 años que cumplió este enero primero la revolución cubana, y mostrar sus sombras y luces, porfiando todo el tiempo con el imperio más formidable, tecnológico y rico, conocido por la humanidad.
Empecinado y empeñado en mostrar las excelencias del sistema comunista, mostrando las luces en salud y docencia públicas, que nadie duda, pero castrando no solo la disidencia, sino el arraigado instinto humano de poseer bienes, conforme a la formación de cada quien, no obstante el espejo roto de la URSS, y Deng Xiao-ping, asido de la prótesis mágica de “Una China, dos sistemas”.
Cuba hoy, con estructuras productivas aterrizadas, azotada por covid l9 que colapsó turismo, con remesas de USA controladas por un irracional embargo económico, sin la prótesis chavista por idéntica calamidad sanitaria, presenta un cuadro deteriorado, inflación 500%, frisado en el pretérito, como Trucutú encaramado en el larguísimo pescuezo dentado de un Tiranosaurus Rex.
El trueno de San Antonio de los Baños este julio once no es el final, pero podría suponer el comienzo del final.