El inicio de conversaciones para fusionarse, anunciado este lunes 23 de diciembre por los fabricantes japoneses del motor Nissan y Honda, daría lugar a la tercera empresa mundial del sector y es al mismo tiempo es un indicador de la crisis que afecta a la industria nipona.
Ambas empresas se enfrentan a la transición de los vehículos de combustibles fósiles a los eléctricos, un sector cada vez más controlado por los fabricantes chinos.
En las conversaciones que darían lugar a una empresa que cotice en bolsa en agosto de 2026, la parte más necesitada es Nissan que acaba de registrar un descenso de ventas del 94% entre abril y septiembre y anunció que despediría unos 9.000 empleados.
Competencia china
“No se trata de un rescate”, dijo el presidente de Honda, Toshihiro Mibe, en referencia a la crítica situación de su futuro socio y advirtió que Nissan, que tiene una participación mayoritaria de la francesa Renault, deberá sanear sus finanzas.
En la futura fusión, participaría la también japonesa Mitsubishi, que ya tiene una alianza con Nissan.
Además de la fuerte escasez de mano de obra por la despoblación y envejecimiento de su sociedad, el sector del motor japonés sufre la fuerte competencia de China que en 2023 lo desplazó como el primer exportador de vehículos del mundo.