Al cierre del tercer trimestre del 2015, Facebook contaba con 1,550 millones de usuarios activos. Este número representa el triple de los estadounidenses y cercano al total de la población china. Últimamente existe un debate que sugiere que esta red social es un país como cualquier otro, no solo por el número de usuarios, sino por su existencia misma, ya que las fronteras físicas solo impiden el trasiego personal, no así el intelectual ni el cibernético. Facebook es más que una aplicación online porque cuenta con poder y alcance mayores que muchas naciones del mundo.
El internet, las redes y la computación en las nubes crearon un mar de información de rápido acceso. La combinación entre avances tecnológicos, necesidad de expresión y conflictos sociales conformaron el escenario perfecto para se convirtiera en una nación cada vez más poderosa e influyente.
Surgió como respuesta a la necesidad insaciable de las personas de comunicarse con los que están lejos y, a la vez, disfrutar y compartir información personal. Y las personas han concebido una personalidad digital que es sumamente importante para el manejo de su propia identidad, fomentando la libre expresión.
La información es el activo más valioso de este siglo. Desde hace varios años instituciones como el FBI y la NSA creaban bases de datos demográficas para satisfacer la demanda de información. Sin embargo, solo Facebook logró que sea la propia gente quien provea la información de manera voluntaria y constante.
Con los años, Facebook fue adquiriendo más aplicaciones y herramientas para mejorar la experiencia del usuario y para recopilar información con mayor facilidad. Algunas de las herramientas más importantes: el reconocimiento facial y la localización, y entre las principales aplicaciones se encuentran Instagram y Whatsapp. Facebook compró Whatsapp en 19 mil millones de dólares y hoy cuenta con más de 900 millones de usuarios.
Instagram costó 1,000 millones de dólares y posee, actualmente, más de 400 millones de usuarios. De igual manera, muchas aplicaciones están asociadas con esta red y permiten su acceso con el propio perfil de Facebook. Uber es una de ellas. ¿Se imaginan esa combinación de saber quién eres, qué te gusta, dónde estás y hacia dónde vas exactamente?
Mark Zuckerberg definió la meta de Facebook como dotar a las personas del poder de compartir y hacer del mundo uno más conectado. Sin embargo, surgen discusiones en torno a la recolección de datos y monetización de la información personal. Las administraciones empezaron a requerir más información para tener más control o prevenir ataques terroristas u otra naturaleza. Las empresas requieren información y herramientas para definir mercados y estrategias. Las empresas e instituciones hacen también presencia en las redes y se comunican a través de ellas.
En 2012, el grupo de manejo de las redes de la candidatura de Barack Obama aumentó los votantes en un 7% con su campaña online.
Al mismo tiempo, debido a las presiones frente a la problemática de la privacidad y dadas las constantes demandas legales, empezaron a surgir ajustes y declaraciones de las políticas del uso de datos. Mas, no todo el mundo las usa porque no entienden el riesgo, no les importa o creen que el intercambio es justo. El intercambio es proveer mucha de nuestra información privada a cambio de satisfacer nuestra necesidad de expresión y acercarnos a la información que nos interesa o estamos buscando. Pese a ello, cada día más información está disponible para el que esté dispuesto a comprarla.
Hay dos puntos de vista totalmente diferentes: ¿Es Facebook una herramienta democrática que facilita la libre expresión o un instrumento que nos ha convertido en esclavos que trabajan gratis en su tiempo libre para que instituciones continúen ampliando sus objetivos económicos, políticos y sociales? Debemos destacar que junto a la computación en la nube, las redes sociales, fundamentalmente Facebook, han roto las barreras de entrada, permitiendo, de una manera permanente, que ocurran saltos tecnológicos que sacuden continuamente las propias estructuras sociales, económicas y políticas.
Investigadora asociada: Julissa Lluberes.