Factores protectores contra el cáncer de mama

Factores protectores contra el cáncer de mama

Por Dra. Maribel Grullon- Nutrióloga Clínica-Oncológica y Deportiva/@dragrullonth

Adoptar hábitos saludables como una alimentación equilibrada, rica en fibra, vitaminas, minerales y grasas saludables, junto con la práctica regular de actividad física, puede reducir significativamente el riesgo de cáncer de mama. La evidencia científica respalda el papel protector de la dieta mediterránea y el ejercicio físico, ambos factores clave en la prevención de esta enfermedad.

Alimentación

La vitamina D es un nutriente esencial para la protección contra el cáncer de mama. Se obtiene principalmente a través de la exposición solar (rayos UVB) y la ingesta de alimentos ricos en este nutriente, como leche entera, aceite de hígado de bacalao, salmón y huevos. Niveles de vitamina D inferiores a 20 ng/ml se consideran un factor de riesgo corregible para el cáncer de mama.

El selenio, un oligoelemento con propiedades antioxidantes, también juega un papel relevante en la prevención. Se puede obtener a través de la dieta mediante alimentos como nueces de brasil, pescado y mariscos.

El consumo adecuado de fibra, particularmente la que proviene de vegetales, está asociado con un menor riesgo de cáncer de mama. Este efecto es más pronunciado en mujeres premenopáusicas. La fibra mejora la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y disminuye los niveles de estrógenos, factores clave en la reducción del riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.

Un patrón de alimentación rico en frutas y vegetales se ha relacionado con una disminución del riesgo de cáncer de mama. Además, el consumo de pescados grasos, como el salmón y la caballa, que son ricos en ácidos grasos poliinsaturados (omega-3), ha mostrado beneficios para la salud en general y en la prevención de diversas enfermedades, incluido el cáncer de mama.

La dieta mediterránea ha sido ampliamente estudiada y ha demostrado ser un modelo alimentario protector contra este tipo de cáncer. Este patrón dietético, caracterizado por el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, pescado y aceite de oliva, tiene la capacidad de reducir la inflamación en el cuerpo, disminuyendo los niveles de proteína C reactiva, un marcador de inflamación vinculado al desarrollo de tumores.

Actividad Física

La actividad física es reconocida como una herramienta efectiva para reducir el riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres postmenopáusicas. Diversos procesos fisiológicos están involucrados en este efecto protector, tales como la regulación de las hormonas sexuales, la disminución de la grasa corporal y la mejora de la sensibilidad a la insulina. También influye en la reducción de la inflamación, el estrés oxidativo y mejora la respuesta inmunológica.

Es una buena idea mejorar cada día nuestros hábitos alimentarios e incorporar actividad física, al menos el mínimo recomendado – 150 minutos de actividad física intensidad moderada y dos veces a la semana algún ejercicio de fuerza. Mas es mejor pero comenzar en lo importante.  Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a articulos@gmail.com y nos puedes encontrar en @sodonuclim.

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