BERLÍN. El excanciller Helmut Kohl, padre de la reunificación de Alemania, murió el viernes a los 87 años, indicó su partido, el CDU, y el periódico Bild del cual sus directivos eran cercanos a esta figura de la historia de Alemania contemporánea.
«Estamos de duelo», indicó la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en su cuenta Twitter luego de la muerte del que fue el canciller más longevo, entre 1982 y 1998, en la Alemania de posguerra.
Kohl falleció «esta mañana en su casa de Ludwigshafen» en el suroeste del país, indicó el periódico Bild. La canciller alemana, Angela Merkel, que le arrebató el poder del partido al cabo de una batalla interna, no reaccionó de momento.
El ex jefe de redacción del periódico Bild, Kai Dieckman, y testigo de matrimonio de las segundas nupcias de Kohl, saludó la memoria del excanciller que tenía problemas de salud y estaba confinado a una silla de ruedas desde 2009.
«Gracias por la unidad alemana. Por Europa. Por tantas cosas increíbles adicionales. Helmut Kohl, 1930-2017, descansa en paz» escribió en Twitter. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, saludó la memoria de este hombre que fue «la esencia misma de Europa».
Kohl fue «uno de los más grandes» líderes de la Alemania de posguerra, dijo por su parte el expresidente estadounidense, George H. W. Bush (padre).
“Coloso”
El excanciller, un coloso por su físico y su historia, es el padre incontestado de la Alemania reunificada. Quedará en la historia por haber convencido a los dirigentes soviéticos y estadounidense, Mijail Gorbachov y George H. W. Bush, pero también a sus aliados europeos, de permitir que la República Democrática Alemana se uniera a la República Federal en 1990, tras la caída del muro de Berlín un año antes.
Permitió así terminar con la ocupación militar de Alemania impuesta por Washington, Moscú, París y Londres desde 1945 y sentar las bases para la emergencia de una Alemania fuerte en la arena internacional.
Cuando en 1982, a los 52 años, tomó las riendas del gobierno de Alemania del Oeste, favorecido por un cambio de alianzas en el Parlamento, su aspecto rústico y provincial le valieron burlas a este hijo de un funcionario del fisco.
Pero el 9 de noviembre de 1989 el muro de Berlín se derrumba y el canciller conservador, entonces criticado en su propio partido, endosa, según sus propias palabras, «el peso de la Historia».
Este católico practicante sorprende al proponer el 28 de noviembre un plan de 10 puntos que concluirá con la unificación alemana. Pero el fin de su carrera será menos glorioso, salpicado por el escándalo de los fondos ocultos del partido. Terminará reconociendo que recibió fondos no declarados y Angela Merkel, su protegida, aprovechará el episodio para tomar el poder.
Según una biografía no autorizada, nunca perdonó a la canciller de quien dijo que antes de conocerla «no sabía ni siquiera comer con un cuchillo y un tenedor». En abril de 2016 Kohl denunció la política abierta hacia la inmigración de Merkel, que permitió la llegada de 1,1 millón de personas en 2015.
Los sobresaltos de su vida privada, expuestos en varios libros y periódicos alemanes (desavenencias con sus hijos, polémica sobre el rol de su nueva esposa tras el suicidio de su mujer enferma, Hannelore, en 2001) terminaron de ensombrecer los últimos años de su vida.