El Movimiento de Cursillos de Cristiandad celebró la «Ultreya Arquidiocesana» del mes de noviembre el miércoles 6 de noviembre a las 7:30 p.m., horario habitual en el Auditorio Casa San Pablo.
La Ultreya tuvo como parroquia madrina a Cristo Salvador de Honduras, y el tema central de la actividad luego de la Eucaristía fue «Familia Sobre la Roca». El expositor invitado, y a la vez director anfitrión del MCC y director de Matrimonio Felíz fue César Curiel, quien fue exquisitamente descrito por la siempre sonriente Vocal de Ultreya María Isabel Lebrón como a un guerrero espiritual, enamorado de Dios de Jesús que se siente como propiedad de la Virgen María, gran defensor de la vida y de la familia.
María Lebrón introdujo el tema con una profunda reflexión sobre los desafíos que enfrenta la sociedad y cómo la familia es el fundamento para enfrentarlos. Ella destacó la importancia de luchar por las familias y los hijos, describiendo a la familia como el santuario de la vida y un símbolo del amor divino. Destacó también que la oración es una herramienta poderosa a disposición de todos, a través de la cual se pueden alcanzar milagros. María recordó que el trabajo realizado por los miembros del movimiento de Cursillo de Cristiandad, tanto en República Dominicana como en el resto del mundo, está guiado por el Espíritu Santo, quien acompaña y sostiene a cada uno en su camino. Mencionó que, desde hace más de 60 años, el Cursillo de Cristiandad ofrece un espacio de renovación en la fe.
En ese contexto, presentó a César Curiel, un líder destacado en el movimiento de Cursillo de Cristiandad y en el programa Matrimonio Feliz. Según sus palabras, César es un verdadero guerrero enamorado de Dios, comprometido con la vida y la familia. El tema «Familia sobre la roca»,
César compartió su experiencia personal desde noviembre de 1986, cuando vivió su Cursillo y comenzó a construir a su «familia sobre la roca». Contó a la audiencia que durante los 38 años siguientes, recordó diversas vivencias, incluyendo cómo su madre se levantaba a las 3 o 4 de la mañana para cuidar de ellos, a pesar de las dificultades. Su madre había escrito una carta llena de amor en la que reconocía las cualidades de sus hijos y expresaba su deseo de que siempre permanecieran unidos.
Aseguró que si bien formarse como familia no es una tarea sencilla y mantener esa unidad conlleva desafíos, enfatizó que Dios proporciona la luz y la fortaleza necesarias para lograrlo. Citando el Evangelio de San Mateo, recordó la importancia de edificar las casas y las familias sobre la roca, destacando que la base de una familia fuerte se construye sobre la fe.
Al reflexionar sobre su propia relación con Dios, reconoció lo descarriado que estaba antes de conocerle y cómo por su mala conducta por poco pierde su matrimonio. Atribuyó a las oraciones de su esposa quien logró que viviera la experiencia del cursillo de cristiandad y su encuentro con Cristo, la claridad a través de la fe llegó a su vida. Compartió su sentimiento especial hacia Fanny su esposa, (también dirigente de cursillos) describiendo los momentos mágicos que habían vivido juntos durante 44 años llenos de pasión y felicidad, a pesar de los desafíos que habían atravesado.
César leyó una bella carta dedicada a Fanny en ocasión de su aniversario de bodas (#44) donde subrayó la importancia de celebrar todos los recuerdos construidos en familia: el nacimiento de sus hijos, nietos, las bellas experiencias vividas. Todo eso había contribuido a que su historia fuera un camino hermoso y fortalecido en conjunto hacia el futuro.
Reconoció que, a pesar de los momentos difíciles, la fe en las palabras de Dios es lo que permite a una familia mantenerse firme. Recordó las enseñanzas del Evangelio, donde se menciona que aquellos que escuchan y ponen en práctica las palabras de Dios son como el hombre prudente que construyó su hogar sobre la roca. Afirmó que, aunque la vida traiga tormentas, la fe otorga la fortaleza necesaria para resistirlas.
Finalmente, César hizo referencia a la historia de Zaqueo, quien se apresuró a recibir a Jesús en su hogar, lo que transformó su vida. Concluyó que, al igual que Zaqueo, la relación con Jesús puede inducir un cambio profundo en la familia, y alentó a todos a seguir adelante con la confianza de que Dios está presente, ayudando a construir un hogar sólido, basado en el amor de Dios.