Entre llantos y dolor, familiares del segundo teniente del Ejército de la República Dominicana (ERD), Fernando Pérez Berigüete, asesinado por desconocidos frente a la estación de combustibles Nativa, entrada a Villa Liberación, Santo Domingo Este (SDE), condenan la inseguridad y reclaman el apresamiento de los responsables para que paguen por el hecho.
Mientras oficiales policiales, adscritos a la Dirección Central de Investigación (DICRIM), amplían las investigaciones para establecer circunstancias en que un segundo teniente del Ejército de la República Dominicana (ERD) fue ultimado a tiros en medio de un incidente ocurrido anoche en el sector Villa Liberación, Santo Domingo Este.
Pérez Beriguete, de 45 años, viajaba en un carro Toyota, modelo Paseo, gris, placa A637985 cuando fue ultimado.
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Madre, hermanas, tíos y vecinos del oficial no calman de llorar en la casa número 11 calles Francisco del Rosario Sánchez, Cancino Adentro, donde vivía el militar junto a su esposa y tres hijos, ante la pérdida de su pariente “un hombre bueno, que no se buscaba problemas con nadie”.
La zona donde fue acribillado el soldado se ha convertido en tierra de nadie, según narra vecinos y personas que transitan por la carretera Mella esquina Miguel Díaz, entrada al sector Villa Liberación, frente al Almirante.
Según Junior Encarnación, hermano del malogrado oficial, su pariente había participado del desfile militar en el Malecón de Santo Domingo, el pasado 27 de Febrero, pero al termino fue a llevar a compañeros a la Base Área de San Isidro, pero cuando regresaba los delincuentes lo interceptaron frente a la citada estación de combustibles, quitándole la vida con cinco disparos.
Narra que él se encontraba próximo al lugar donde ocurrió el asesinato, y vio a dos hombres en un motor que chocaron el carro por detrás, pero nunca pensó que se trataba de su hermano Pérez Beriguete hasta que lo vio tirado en el pavimento.
Describió a los asesinos como uno de pelos largos, otro alto con poloché blanco y pantalón negro, además de la presencia de una cámara de videos del Sistema de Emergencia 911 enfocando el punto donde cayó el oficial.
Señala que el militar, hoy víctima de los delincuentes, aunque no era el mayor de siete hermanos, coordinaba los encuentros familiares en su hogar de Cancino, por lo que lo describe como un ejemplo a seguir.
Revela que luego de asesinar a su hermano, uno de los delincuentes cruzó la carretera Mella, pero el que había disparado abordó un carro y le dijo al conductor “ven sácame de aquí, yo soy policía”.
Junior Encarnación afirma que el hombre que se identificó como “policía” fue dejado próximo al Centro Médico Integral por el conductor del auto.
Julio César, que vive del motoconcho, expresa que los delincuentes mantienen un azote en todo el área del Almirante y alrededores de donde ocurrió la muerte del oficial, tras recordar que hace poco fueron asesinados dos comerciantes de nacionalidad China.
Mientras en la casa de Pérez Beriguete los llantos y reclamos de justicia no cesaban, ya que habían dejado sin vida a un padre, un hermano, un hijo, y a un buen vecino.