Al menos 50 familias que residen cerca del arroyo Gurabito tienen que abandonar sus viviendas cada vez que se anuncia una temporada de lluvia, y ahora no es para menos por los desbordes que podría provocar la tormenta Isaías.

Los daños que pudiera causarle la tormenta Isaías han traído nuevamente a los pensamientos de quienes habitan viviendas a la orilla del arroyo, aquellos recuerdos desgarradores como consecuencia de las inundaciones.

El afluente de aguas negras divide a las familias de La Javilla, conocido popularmente como Hoyo de Puchula. Es una zona vulnerable donde además la gente de condiciones económicas paupérrimas convive en medio del hedor y todo tipo de malezas.

Además, en medio de esta amenaza del fenómeno natural, también existe la incertidumbre de los refugios adonde serían trasladados en caso de una emergencia.
La Defensa Civil no ha visitado la zona, como ha hecho en otras ocasiones.

Otro problema inminente que afrontan es el riesgo que tienen de ser contagiados con el covid-19, mientras permanecen en refugios en casas de parientes o de particulares.
“Aquí he vivido toda la vida y me asusto cada vez que anuncian una tormenta, porque todas las casas de esta zona se inundan. Nosotros subimos los ajuares lo más que podamos para que no se dañen y luego nos vamos”, narró María Lucila de la Cruz, una dirigente comunitaria del lugar.

Asimismo dijo que gracias a que ganaron una obra en el Presupuesto Participativo del Ayuntamiento local, han logrado que las autoridades municipales realicen algunos trabajos de limpieza y construcción de gaviones, lo que ha evitado que se produzcan inundaciones por el momento.

Marisol Luna y su hija Katherine también expresaron preocupación por las consecuencias que podrían generarle los aguaceros de la tormenta Isaías.
En ese sentido afirman que han sido víctimas de la crecida del arroyo, ya que su vivienda se inunda, se dañan sus ajuares, mientras sus vidas peligran, por lo que estarían dispuestos a abandonar la zona.