El coordinador de la Unidad de Estudios de Haití de la PUCMM manifestó la posibilidad de que a comienzos del 2024 haya una reconciliación entre la República Dominicana y Haití, por impulsos particulares en ambas partes más que por el respaldo de la comunidad internacional.
Confió que la recién anunciada iniciativa de la Conferencia del Episcopado Dominicano para aunar esfuerzos con sus pares haitianos para mediar en favor de un ambiente de avenencia, llegue a contar con la buena voluntad de todos, así como con la fe y la esperanza de todas las iglesias.
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“Aupada la mediación por tan amplio respaldo, se incrementan las probabilidades de que comiencen a disiparse las infecundas polvaredas sustentadas, tanto por la nada absurda de dimes y diretes isleños, como por el ofuscado tira y jala de haitianos entre sí y con la comunidad internacional en general”, expresó Fernando Ferrán, quien también es director del Centro de Estudios Económicos y Sociales, Padre José Luis Alemán.
Ferrán señala que en lo que a la República de Haití se refiere, bien podría decirse en términos populares que este año se reduce “a un solo tira y jala” y todo termina prácticamente igual que como empezó.
Puso de referencia que las bandas campean por su respeto, diversifican tanto su modus operandi, como su respectivo impacto territorial y muestra de ello es el hecho de que el primero en respaldar públicamente la construcción de un canal de riego en las inmediaciones de Ouanaminthe, en la línea noreste haitiana, resultó ser Jimmy Chérizier, más conocido como Barbecue.
Mientras tanto, el gobierno provisional del primer ministro Ariel Henry aprende a dar tumbos, cambiar posturas y facilitar declaraciones circunstanciales. “No pocos advierten que se especializa en hacer equilibrios, para no caer, a pesar de que ni siquiera enfrenta a una oposición firme y aunada alrededor de un mismo propósito”.