P’oYü-ch’ien
Poema
Las brisas de primavera barren los prados verdes,
la lluvia cesó, pero de las hojas de los bambúes aún cae agua.
Repentinamente un pájaro blanco aparece en la escena,
rompe el Universo verde de la ladera de la montaña.
Ssu Kung-tu (834-908)
Concentración
Pinos verdes y una choza rústica, el Sol hundiéndose en el aire puro.
Me saco el gorro y paseo solo, escuchando el canto de los pájaros.
No hay gansos silvestres que pasen volando, y ella está lejos, lejos.
Pero mis pensamientos la hacen presente, como en los días que se fueron.
Del otro lado del agua nubes obscuras se arremolinan, bajo los rayos de la Luna los islotes aparecen expuestos.
Y se intercambian palabras dulces, aunque el gran Río pase entre medio.
Por Mu-Kien Adriana Sang Ben
Las celebraciones en la cultura china por motivos tristes y alegres, siempre me llamaron la atención. Amaba enormemente participar en las festividades chinas, especialmente en el Festival de Primavera, que se inicia con el año nuevo del calendario lunar. El común denominador era, y todavía lo es, la variedad maravillosa de platos. Me encantaban esas fiestas. Mi padre se esmeraba en organizar esa celebración. Disfrutábamos de una velada exquisita, que todavía recuerdo con alegría y nostalgia.
Estoy sumergida leyendo novelas sobre la historia de China, a fin de aprender y profundizar en el conocimiento de la cultura que trajeron mis ancestros a esta media isla que hicieron suya.
Desde hace un tiempo me he enamorado de las novelas de Lisa See, una joven mujer de origen francés que fue criada en Estados Unidos por una familia migrante china. Esta novelista ha logrado crear maravillosas historias, centradas principalmente en la vida de las mujeres chinas en diferentes épocas. La primera de sus historias fue “El abanico de seda”, luego publicó “El pabellón de las peonías”, y “Dos chicas de Shanghái”, solo para mencionar algunas. La novelista, para poder escribir con veracidad, se dedicó a hacer investigaciones profundas sobre la historia de China, desde la Antigüedad hasta el siglo XX. Me impresionó su capacidad de utilizar el trasfondo histórico para inventar sus relatos, que tienen, sin lugar a dudas, una magnífica exposición de la cultura ancestral de los chinos. Leyendo estas novelas, y otras más que he estado disfrutando para hacer una serie de ensayos, vi reflejada mi niñez, pero, sobre todo, encontré explicación a muchos de mis enigmas infantiles.
En estas novelas la escritora hace referencia a numerosas festividades de la cultura china. Algunas las conocía, otras, confieso eran totalmente novedosas. Me dediqué entonces a investigar sobre estas maravillosas fiestas, algunas originadas por motivos tristes, otras son verdaderos cantos a la vida y a la alegría. En la cultura china se establecen 7 emociones: alegría, ira, pena, temor, amor, odio y deseo. En torno a esos sentimientos se originan las celebraciones, en esta cultura milenaria, rica, y, por qué no decir, excluyente también. En las novelas se hace mención de muchas festividades que ya no están en vigencia. Buscando por el mágico mundo de la internet, encontré la lista oficial de las festividades del gobierno chino para los próximos tres años, que son las siguientes:
Nótese que fue incorporado en el calendario oficial la celebración del año calendario occidental, es decir, el 1º de enero; así como el 1º de mayo como Día Internacional del Trabajo. Se incluyó también, como puede apreciarse, la celebración del Día Nacional que corresponde a la Revolución China. En esa calendarización se utiliza el calendario gregoriano, que ya es oficial para todo el mundo. El calendario lunar, queda entonces, como una referencia cultural.
El año nuevo inicia con el Festival de la Primavera, que generalmente inicia a finales de enero o inicios de febrero, según el calendario occidental, pues estas festividades se organizan a partir del calendario lunar. Normalmente tiene una duración de unos quince días. En la cultura china, esta festividad es la gran fiesta de la hermandad y la celebración de la vida, el significado de la Navidad para los occidentales.La festividad en este año 2020 inicia formalmente el 25 de enero y finaliza el 6 de febrero. Según la astrología china, le corresponde a la Rata de metal. Los astrólogos chinos aseguran el 2020 será un año de abundancia, que traerá consigo nuevas oportunidades y, sobre todo, buenas perspectivas, que serán mediatizadas por la fluctuación de la economía mundial. Yo digo, ojalá que todo eso sea cierto. Los astrólogos no se pierden, y viendo la situación mundial aseguran que será un año muy marcado por “la ambición y por el oportunismo en todas las áreas de la vida. Esto tiene que ver con las características de la rata, que es minuciosa y cautelosa pero súper ágil y escurridiza”
La siguiente fiesta que está formalizada en el calendario oficial es la Fiesta Qingming o el barrido de las tumbas. Según la tradición, esta celebración corresponde a uno de los 24 Períodos Climáticos del Año Solar, que normalmente es el día número 108, una vez se produce el solsticio de invierno. Normalmente se produce cerca del 5 de abril.
La Fiesta Qingminges utilizada para recordar a los ancestros en los cementerios. Los jóvenes y mayores rinden el homenaje a sus antepasados con alimentos y barren las tumbas para que sus seres queridos que partieron estén felices porque no fueron olvidados. El espacio terminó aquí. Seguimos en la próxima.