Filas interminables de madrugada y estafas: así funciona el plan de vacunación en Venezuela

Filas interminables de madrugada y  estafas: así funciona el plan de vacunación en Venezuela

Por tercera vez en menos de un mes, la señora Josefina Patiño se levantó a las 2:30 de la madrugada con la esperanza de ser vacunada contra el COVID-19.

En abril se inscribió para inmunizarse, pero aún no ha sido convocada. Ella cree que madrugar es lo único que le queda para acceder al medicamento.

“Conozco mucha gente que se vacunó, tengo amigas y vecinas, incluso familiares. Se vacunaron porque hicieron su cola desde la madrugada o tienen un conocido que les ayudó. Aquí todo funciona así”, dijo la mujer de 66 años.

Patiño acudió a un centro de vacunación al suroeste de Caracas en compañía de una amiga que se encontraba en la misma situación. “Eran casi las 4 (de la mañana) cuando llegamos y ya había mucha gente. Claro, a todo el que no recibe el mensaje le toca madrugar”, explicó.

A las 8:00 abrieron el centro, los que tenían su cita llegaban y “de una para adentro”. Los que no habían sido convocados seguían formados afuera.

Pasadas las 10:00, los funcionarios militares que custodiaban el lugar, comenzaron a organizar a las personas que no tenían turno. La abuela se encomendó a Dios cuando vio el movimiento, comenzó a orar “para que hoy sí le toque”.

“Como a las 11 me llamaron, rapidito me inyectaron y ya. Las otras veces me quedé afuera. Ahora a prepararme para la segunda dosis porque el procedimiento es el mismo”, comentó alegre por haber recibido la primera tanda de la Sputnik V.

Historias como las de la señora Josefina se escriben todos los días en los centros de vacunación en Venezuela. Sin convocatoria, control o certificados, decenas de personas se acercan a los centros de vacunación con la esperanza de ser inmunizados.

El crítico sistema de salud, sin recursos en los centros públicos y con altos costos en los centros privados, generan tal nivel de temor entre los ciudadanos quieren vacunarse a toda costa.

“En Venezuela todavía hay situaciones en las que las familias (de enfermos) se ven obligadas a empeñar o vender bienes, para cubrir las terapias (de cuidados intensivos). Puesto que en la mayoría de los centros los requerimientos no son completos”, explicó a Infobae el presidente de la Academia Nacional de Medicina en el país caribeño, Enrique López Loyo.

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DESORGANIZACIÓN

Desde el inicio del “plan de vacunación” en Venezuela, en el mes de febrero, las organizaciones independientes del sector médico han alertado sobre el desorden que reina con respecto al proceso.

“No existe un plan, existe una actividad nacional de vacunación”, aseveró el doctor Jaime Lorenzo, director de la organización Médicos por Venezuela.

Para los voceros del gremio, el régimen de Nicolás Maduro comete un “error garrafal” en la salud pública del país al no llevar el control sobre el número de ciudadanos inmunizados.

“Un plan de vacunación, como en cualquier plan de gerencia, tiene objetivos, puntos iniciales, puntos finales. Tiene además cuántas personas necesitan la vacunación, cuántas personas son prioritarias y cuál es el tiempo en el que vamos a lograr esa vacunación”, explicó López Loyo

En Venezuela, la dictadura chavista no ha sido clara en los datos emitidos en cuanto al plan de vacunación. Por ello, los científicos temen que “el propio Estado eleve un dibujo libre y sea creativo” en cuanto a la información y los posibles resultados del proceso.

La insuficiencia de dosis, la demora en la convocatoria y el evidente desorden han creado en Venezuela el caldo de cultivo para el mercado negro de inmunizaciones, que se suman al de alimentos, insumos de primera necesidad, combustible y todo aquello que sea administrado por el sector público.

A finales del mes de junio en el estado Lara, en el centro occidente del país, las autoridades desmantelaron una banda de estafadores que operaban aplicando vacunas falsas. Según los cuerpos de seguridad los delincuentes cobraban más de 100 dólares, y algunas versiones sostiene que hasta 500, por inyectar en los interesados agua hervida, con una mezcla de analgésicos y antibióticos.

La combinación, que generaba una reacción de fiebre y malestar en el cuerpo, hacía más creíble el engaño.

Además se ha alertado sobre la conformación de bandas dentro de los centros de salud que extraen las vacunas para aplicarlas por fuera, cobrando también altas sumas de dinero.

“Muchas de esas dosificaciones están fuera de uso por inactivación del producto biológico, dado que no respetan la cadena de frío” y el producto pierde su eficacia. Según explicó el doctor López Loyo, quienes acceden a estos insumos corren el de riesgo creer estar inmunizados cuando no es así.

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