A prueba, desde la madrugada del martes pasado, el temple de la nación; de sus brigadas de respuesta a las desgracias dirigidas y motivadas por altas instancias del Estado; respaldadas por sobrecogidos conciudadanos cercanos y lejanos de las víctimas del desplome que cercenó al menos 221 vidas desprevenidas hasta un fatídico momento bajo la cobija quebradiza de una discoteca. En vilo y enlutada ha estado generalizadamente la colectividad. Concluye, sin epílogo en los pesares, el posterior denuedo por extraer personas de los escombros, con esperanza de rescatar sobrevivientes del devastador impacto o recuperar para la solemnidad del duelo, los cuerpos de los que perecieron en la peor tragedia de este especie en el país. Hoy la sociedad dominicana, que permanece en la conmoción de lo infausto que puso fin a tantas existencias entrañables, está en deuda de reverencia y gratitud hacia todos aquellos que desde su seno pasaron a participar en labores para redimir víctimas del desastre y dar prontas respuestas sobre sus estados a las familias con una nutrida participación de voluntarios, ejemplos de abnegación y solidaridad. Cincuenta y tres horas de trabajo pesado y agobiante en contacto directo con centenares de seres en desgracia.
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Arduas tareas de respuesta a una calamidad ciudadana sin parangón a las que han estado sometidos los operarios de equipos pesados para remover sin pausas la enormidad de despojos de la edificación colapsada de lo que dependía arrojar luz sobre las consecuencias de la brutal caída del concreto que ha hundido en pesares a la colectividad. Esta trágica contingencia ha requerido también la participación extraordinaria de personal médico en atenciones a heridos en varios hospitales. Ha tenido activos y en desvelo a emergencistas y desde un principio generó la más grande movilización de ambulancias del sistema 911. Sobre la profesionalidad del Instituto de Ciencias Forenses y Patología ha recaído, desafiante, la misión tan numerosa esta vez de aplicar exámenes externos y autopsias a más de 300 cuerpos humanos casi simultáneamente. El país ha sido servido con dignidad por mucha gente en estas horas difíciles.