Haina, San Cristóbal. – Eufemia Crucey de 86 años, oriunda de Hostos, San Francisco de Macorís y residente en el sector Las Paredes del municipio de Haina, provincia de San Cristóbal, no se podía vacunar porque la cédula que tenía no era válida.
«Fui a ponerme la vacuna la primera vez y me la negaron. No podía hacer nada», explicó la señora.
Desde que la Junta Central Electoral (JCE) se enteró mediante un medio de comunicación que Crucey
no podía vacunarse contra el COVID-19, porque solo tenía la cédula azul, expedida en los años 90, sin ningún soporte legal ya que señora nunca había sido declarada, inició el proceso para entregarle un documento de identidad que si es válido.
El trabajo se realizó en conjunto de la Dirección Nacional de Registro Civil, Declaraciones Tardías, Cedulación y la Dirección de Comunicaciones quien actuó como enlace para este caso, hasta lograr la entrega de estos documentos a Eufemia.
Al sector las Paredes se presentó una unidad móvil de la Dirección Nacional de Cedulación para tomarle los datos biométricos, con su acta de nacimiento para fines de cédula y hacerle formal entrega de su documento de identidad.
En el lugar estuvo presente Julio Aristy, inspector de la JCE, en representación de Brígida Sabino Pozo, directora de la Unidad Nacional de Declaraciones Tardía, y Nelson Rosario, quien representó a Américo Rodríguez, director de la dirección Nacional de Cedulación de esta Junta Central Electoral.
La señora Crucey agradeció, en medio del llanto y la emoción, el esfuerzo de la JCE para lograr poner en sus manos su Cédula de Identidad y Electoral que le garantiza sus derechos ciudadanos como votar, abrir una cuenta de banco, seguro médico y acceso a todos los planes sociales que auspicia el Estado.
«Me siento una jovencita de ayer y mira la edad que tengo. Gracias a ustedes», fueron las palabras de agradecimiento de Eufemia.