Ojalá no sea tan solo de la boca para fuera, pues quien lo dijo tiene la capacidad, si así lo decide el partido político que preside gracias a la mayoría de que goza en ambas cámaras legislativas, de cambiar esa realidad. Según José Ignacio Paliza el financiamiento público a los partidos políticos, que en las pasadas elecciones recibieron 5,041 millones de pesos, debe ser revisado, ya que los montos que reciben “van mas allá de lo oportuno, de lo prudente y correcto”. Y para remachar, agregó: “Los fondos que reciben los partidos, sobre todo los mayoritarios, son sumas evidentemente importantes, mucho mas de lo aconsejable o lo oportuno a mi entender”
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¿Quiere eso decir que el también Ministro de la Presidencia hablaba solo a título personal? Esperemos que no, porque en estos días que se habla tanto de la abortada ley de modernización fiscal y de los ajustes que hará el gobierno para buscar los recursos que necesita, se puede interpretar que la reducción de esos recursos es una alternativa a contemplar. Una alternativa, hay que remarcarlo, que alegraría a mucha gente que piensa que para la cantidad de dinero público que reciben las organizaciones políticas es muy poco lo que recibimos a cambio, pues los ciudadanos que aportamos esos recursos con los impuestos que pagamos ni siquiera podemos decir que nos sentimos bien representados en el Congreso Nacional o en los ayuntamientos.
Pero aunque soñar no cuesta nada, no podemos hacernos ilusiones con la posibilidad de reducir o eliminar la entrega de recursos públicos a los partidos, pues los políticos, al igual como hicieron cuando se habló de reducir la matrícula de la Cámara de Diputados, podrán alegar que no van a afilar cuchillos para sus gargantas y actuarán en consecuencia. En este caso nuestra partidocracia, que nos sale demasiado cara cuando le sumamos la corrupción que han institucionalizado, tienen la sartén agarrada por el mango y nunca la van a soltar por su propia voluntad.