Finish Polonia

Finish Polonia

TIRSO MEJÍA-RICART

Es poco lo que cabe añadir acerca de las malhadadas “decisiones” de la justicia dominicana que declaró  un “No Ha Lugar, por falta de pruebas” los voluminosos expedientes de corrupción en los casos de los Félix: Bautista y Rodríguez. Se cumplieron así las peores expectativas de la población, y fue además una demostración del grado de cinismo y de desprecio a la ciudadanía dominicana que ha alcanzado el PLD  en la dirección  del país.

Lo cierto es que todos los poderes institucionales, como se les conoce; la SCJ, el TC, el TSE, la JCE, el poder del leomedio y la TC: además  gran parte de los poderes Ejecutivo, Legislativo y municipal, ha significado que se alcancen los peores niveles de corrupción, impunidad y prevaricación imaginables, en toda la historia que junto a la creciente violencia, parecen presagiar un verdadero derrumbe de los poderes, institucionales políticos, económicos y sociales que a duras penas hemos logrado construir en los últimos 50 años.

Efectivamente, el secuestro de las instituciones del estado para instrumentarlas al servicio exclusivo del PLD, lo que permite a ese partido pelearse entre sí por el botín del estado, después de haber logrado dividir a los demás grandes partidos del sistema; la “cooptación” con malas artes de la mayor parte de los periodistas y programas de opinión y los micropartidos con los recursos del estado; la asociación  con grandes empresarios  dominicanos y extranjeros para  concentrar las riquezas a nivel crítico, la reducción, al mínimo de la fuerza de los sindicatos, la importación masiva de productos agropecuarios que hunden la producción nacional, y el ingreso casi libre de inmigrantes extranjeros: haitianos, antillanos, centroamericanos, sudamericanos y europeos, incluso sin filtrar que no tengan expedientes en la justicias.

La decisiones del TSE, que entregaron el PRD a una pandilla que lo tomo a punta de pistola sin el menor requisito de democracia interna, que siguió a la negativa  de asistir a las asambleas regulares de sus organismos colegiados, la decisión del TC de declarar apátridas a los nacidos desde hace  86 años, la decisión de la SCJ de no procesar a conocidos delincuentes políticos y económicos y el descredito internacional del estado dominicano por esas medidas absurdas, se acompañan de las artimañas de los nacionalistas de hojalata para ayudar a un pariente a desfalcar al estado y gestionar que un pariente cabeza de extrema derecha de hacerse  con la inspección de todos los furgones con rayos «x»  haciendo valer un contrato espurio, al tiempo que evitar su entrega por el gobierno norteamericano, consigue visa de “novias” de un senador  norteamericano que a la vez le apadrinó un fraude mayúsculo a la seguridad social interamericana; mientras la JCE niega la entrega de la cedula, a los que han llenado todos los tramites.

Para colmo de males, el gobierno se ensaña contra los sindicatos, compra a sus líderes y alega a los municipios no afines  al PLD para póstralos.

Esta situación dramática no está dejando otro escape a la población que la desobediencia  civil y acciones  de masas más radicales que pueden degenerar en una espiral de violencia de imprevisibles consecuencias.

¡Finish Polonia! como se decía antaño, cuando se requería caracterizar a un Estado en riesgo de morir en la paz o en guerra. Dios nos tome confesados…

Publicaciones Relacionadas

Más leídas