La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) afirmó ayer que la eficiencia y calidad de los servicios públicos en el país están “afectados de deficiencias históricas” producto de la falta de coordinación de los entes de la administración responsable de los mismos, y de su aislamiento de los ciudadanos.

La entidad de la sociedad civil abogó porque en la solución de la problemática, la estrategia estatal vaya más allá de la entrega de los bienes a la población.

“En un régimen democrático donde los servicios públicos están en manos del Estado y son deficientes, se requiere de la integración y participación ciudadana en el diseño, planificación y ejecución de las políticas públicas, y en la búsqueda de solución de los problemas”, dijo.

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La Finjus hizo su planteamiento en un Panel sobre “Servicios Públicos y Ciudadanía en el estado Social de Derecho”, organizado en el marco del Primer Encuentro Nacional sobre Reforma y Modernización de la Administración Pública.

Indicó que “los absolutismos”, sin importar su matiz ideológico, o las posiciones intermedias, terminan muchas veces mediatizando o limitando el potencial de ambas partes inseparables y mutuamente necesarias.

Agregó que, en cambio, “la participación ciudadana en los asuntos públicos legitima la democracia” y requiere, como condición sine qua non, la creación de un sistema que favorezca la calidad de los procesos que sustentan una cultura política que fomenta el desarrollo humano y la gestión eficiente de los servicios públicos.

“Es de vital importancia que la Administración Pública mantenga un balance entre satisfacer las necesidades de las personas y a la vez proteger sus derechos en igualdad de condiciones”, dijo.

Manifestó su disposición y compromiso para hacer realidad “el anhelo histórico de grandes sectores sociales de ser agentes de cambio y actores de su propio destino”.