Urge aprobar Código Penal moderno, cita la responsabilidad del Ministerio Público y labor de Germán Brito; ve transfuguismo es lo que más daño le hace al sistema político

El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), Servio Tulio Castaños Guzmán, alertó que al próximo procurador o procuradora le exigirán más que a Miriam Germán Brito, sugierió al Poder Ejecutivo observar el proyecto de ley de la Cámara de Cuentas y aseguró que la clase política es sagrada para la democracia nacional.

Consideró positivo la responsabilidad asumida por el Ministerio Público en el caso de la Operación Gavilán, que involucra a varios fiscales a los se acusa de borrar expedientes a narcotraficantes y otros violadores de las leyes.

Castaños Guzmán habló del tema en el programa Reseñas.

En cuanto a lo que suscede en la Cámara de Cuentas y el proyecto de ley que se ventila sobre ese tema, planteó que el presidente Luis Abinader debe observarlo, tras considerar que hay unos puntos que deben ser corregidos, pues tiene muchas distorsiones y le quita autoridad.

Señaló que es una pena lo que ha venido pasando con la Cámara de Cuenta, porque es el órgano rector del sistema nacional de control “es el brazo armado del Congreso Nacional”.

Código Penal

Cstaños expuso que hay una debilidad, que el Cósigo Penal que existe es del siglo XIX y se pone en práctica en pleno siglo XXI.

Destacó que la modalidad del crimen cambió y producto de esto hay una serie de tipos penales que no están tipificados, por lo que, cuando se presentan esos casos y el Ministerio Público trata de presentarlos, a los jueces les presenta una serie de conflictos y deben hasta convertirse en legisladores, porque no ha sido modificado el Código Penal.

“Una de las herramientas fundamentales que se necesita para poder diseñar una política criminal de Estado es el Código Penal, porque existe la parte pragmática, que es el Código Procesal Penal”, explicó.

Dijo que está desnaturalizado en la práctica, ya que desde el punto de vista de la práctica, se está en un Estado inquisidor.