“Sumar y no restar, multiplicar sin dividir es la fórmula” Carlos del Amor. Cuando escuché estas palabras, justo en el momento en que nuestro país sufría la embestida del huracán Fiona, pensé que ese es el rol de un servidor público por cargo electivo o por designación presidencial.
Tal cual, como la matemática, ciencia que estudia las propiedades de los números y las relaciones que se establecen entre ellos arrojando un resultado, positivo o negativo, pero siempre hay un resultado, así es la función pública.
Cada paso, y más aún, en momentos de vulnerabilidad que pudieran derivar en una crisis nacional, afectando la vida de los ciudadanos, deben ser calculados minuciosamente “antes del palo da’o”.
El servidor público es un individuo, como tú y como yo, que ocupa una posición de toma de decisión con cierto nivel de poder HOY, y que ayer o mañana, fue o será uno más del colectivo social; debiendo verse reflejado en el espejo que representa el rostro (dolor, mísera y sufrimiento) de cada habitante.
Digo esto tras el asombro del que no salgo, al ver la publicación en redes sociales de un servidor público, quien posteriormente la borró y expresó “disculpas”, en la cual estaba exhibiendo una suma “X” de dinero y bajo la consigna “ayudar a nuestros hermanos”; esto puede ser visto por cualquiera como un acto de burla y soberbia porque esos recursos pertenecen al erario (y en caso contrario peor aún), y la mediocridad y arrogancia con la que se atribuía actitudes de “salvador de la humanidad”, sin entender, que esa “ayuda” es una muestra más de un Estado sin garantías de derechos.
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Y así, cómo aquel “honorable”, permanentemente he visto a otros servidores hacer llamados a la empatía, al espíritu solidario y hasta a “remangarse” los pantalones, y me surge la inquietud: ¿Cuál es su rol? ¿Pedir ayuda o resolver?¡Prudencia!
Fiona ha dejado al descubierto la excesiva necesidad de vender una imagen de generosidad con una dosis de falsa bondad, que lo único que arroja como resultado es restar a la gestión presidencial.
Hoy, el tema es actuar desde su espacio mostrando el resultado del deber cumplido, no como un favor, sino como una responsabilidad, y es así cómo va a sumar. Estoy convencida que de continuar actuando de esta manera el resultado será multiplicar para dividir.