Por Julio Ravelo Astacio

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Era un joven de humilde origen. Sus padres lo habían tenido y criado en un barrio popular donde con disciplina y respeto había aprendido a darle el verdadero valor a las cosas .

Desde muy niño le tomó amor a la práctica deportiva …Su padre lo llevaba a las prácticas y cuando este, por sus ocupaciones no podía , la madre o un tío se ocupaban de hacerlo.

Pasaron los años y de pronto se convirtió en un adolescente: larguirucho y flaco pero con gran fortaleza física que el ejercicio constante le había dado.

Por ser alto de estatura, tener brazos largos y ejercitados su entrenador pensó que debía motivarlo para que fuera pitcher… El y sus padres estuvieron de acuerdo. Pero cabe destacar un dato relevante : para lanzar no lo hacía con el brazo derecho, como la mayoría de los muchachos que practicaban, el lo hacía con el izquierdo, que era su derecha es decir que era zurdo. Este dato lo hacía más interesante dado el interés que ponen los escuchas por los pitchers zurdos y lo cotizados que estos resultan.

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Ya a los pocos meses, con práctica constante, su marcada perseverancia y el continuo apoyo familiar el joven estaba lanzando a casi 90 millas, a pesar de recién haber cumplido sus 16 años…

Se le enseñaron las diferentes posiciones de sus dedos para lograr un buen repertorio de curvas y cambios. Su recta era de esas que por su velocidad se convierten en curvas…

Y llegó el día, venían los escuchas a ver los nuevos muchachos. Todo era emoción y sueños por realizar…

Parte de la familia acompañó al joven prospecto y ya al caer la tarde varios se interesan en el espigado joven.

Una propuesta se destaca… Un bono de cien mil dólares y a entrenar con los Marlins de la Florida en las próximas semanas.

Todo era alegría y entusiasmo en el hogar y en el barrio…. Lo había logrado.

Las noticias seguían llegando sobre sus avances y logros. Un familiar orgulloso de su ascenso lo invita a celebrar su cumpleaños. Luego de llenar los requisitos de lugar viene al país y comienza la fiesta.

Todo era alegría y satisfacción hasta que un apagón interrumpió la diversión. Parecía que allí todo acababa pero no.

Apareció un vivo que dijo ser experto en conexiones. Una escalera, unos alicates y ya …eso lo resuelvo en cinco minutos … Fulano, coge esa varilla y levántame los alambres hasta que los alcance.

El joven invitado levanta la varilla con los alambres y cuando ya casi lo logra esta se pega a una línea de alta tensión.

Una explosión sacude al sector y nuestro héroe es lanzado al suelo con heridas en varias partes del cuerpo. Pero una de ellas llama la atención. La descarga le penetró por un brazo y salió por el costado opuesto. Corren con él al hospital. Se le ingresa en Unidad de Quemados.

A los pocos días se confirma lo q todos temíamos desde el principio. Se tiene que amputar el brazo. Ese en q se habían cifrado tantas esperanzas. Su brazo de lanzar. Cuántas emociones truncas, cuánto dolor.

Cuando ya se pensaba en una vida de logros y superación, mejoría económica e ilusiones, aparece la pena, la tragedia impacta, se esfuman las esperanzas.