La nueva fiscal del Distrito Nacional, Rosalba Ramos, aseguró que nunca soñó con ocupar uno de los cargos más codiciados de la Procuraduría General, porque hasta hace poco, “ese era un puesto político al que para llegar, única y exclusivamente se necesitaba que el presidente de la República te nombrara”.
Nacida en Santiago, con raíces familiares en La Vega, pero criada en la Capital, la joven funcionaria afirma que 12 años después de comenzar a hacer carrera en el Ministerio Público, llega a ocupar el cargo en base al mérito y a los avances en la institucionalidad del organismo.
Reconoce que el trabajo bajo su responsabilidad “es muy delicado” y que ella estará sujeta a las críticas, pero dice que no tiene miedo y que hará allí lo que tenga que hacer “independientemente de lo que otros quieran”.
Su trayectoria. Refiere que entró al Programa Inicial de Formación (PIF) del Ministerio Público en el 2005, y fue la primera de su promoción en ser ascendida de Fiscalizadora a Procuradora Fiscal, en el 2006.
“Yo entré al Ministerio Público creyendo que podía cambiarlo, y he puesto mi granito de arena en todos los departamentos donde he estado porque sé trabajar en equipo, amo a la gente y respeto el trabajo de los demás”, enfatizó en entrevista para HOY.
Aportes. Afirma que la Fiscalía del Distrito no le es extraña porque tiene vínculos con ella desde el 2006 cuando hizo pasantía como fiscalizadora del Tribunal de Tránsito y en el Departamento de Homicidios a la vez.
Indicó que cuando tenía 23 años de edad fue ascendida a Procuradora Fiscal en Homicidios. Allí era la única mujer “y logré ponerle dinamismo a un departamento que era hostil, y las intimaciones en cero”.
Agrega que luego pasó por el Departamento de Robo de Vehículos, donde había mucha fricción entre el MP y la Policía; posteriormente fue coordinadora en el área de Violencia de Género en Villa Juana. Estuvo también en la de la Rómulo Betancourt; y trabajó en el área de Guarda y Régimen de Niños, Niñas y Adolescentes.
Afirma que su designación como titular de la Fiscalía de Santo Domingo Oeste (SDO) fue el primer escalón para ella afianzarse, “llegar a la posición que hoy ocupo y sentirse segura de que en la Fiscalía del Distrito Nacional también voy a poder hacerlo bien”.
El concurso. Sobre los cuestionamientos al concurso en el que fue seleccionada para Fiscal del Distrito, dijo que los rumores son parte de cualquier proceso democrático, y que es un derecho que se le tiene que respetar a otros.
Indicó se sometió al concurso “en las mismas condiciones que todos mis demás compañeros, y si ganó fue por méritos, no por otra cosa”.
“Si verifican mis notas, verán que no fue muy grande la diferencia de cuando me gradué en el PIF. En aquel momento me gradué con 92.5 puntos, y ahora con 95, es decir, yo tengo una trayectoria que me respalda”, subrayó.
¿A qué le teme? Rosalba Se define como una mujer sensible frente a los más vulnerables; apasionada, porque ama el trabajo que hace. A afirma que a lo único que le teme es a no poder hacer lo que corresponde con la verdad; hacer algo contrario a la ética o a sus creencias en Dios, o que el cargo la envanezca.
“Yo jamás en la vida iría en contra de algo que sea justo solo para que la prensa u otras personas no hablen de mí”, agregó la fiscal del Distrito.
Corrupción y justicia. Reprueba la primera y, en cuanto a la Justicia, dice que siempre hay algo que mejorar, pero que eso no implica que todo está perdido.
Resaltó que la forma de selección de los jueces es altamente positivo para el sistema.
Su meta. Es humanizar el MP tanto hacia afuera como a lo interno; que el MP sepa que tiene una gerente que piensa y se preocupa por que tengan una mejor calidad como profesionales, e igual por el ciudadano que va allí en busca de soluciones a sus problemas.
Entiende que con la asignación de RD$3 millones, más otros aportes de la PGR y del propio Gobierno, podrá hacer el trabajo que se propone. Sobre cambios en el personal, dijo que haría los necesarios.