Fiscal que investigaba corrupción chavista ahora en la mira del oficialismo

Fiscal que investigaba corrupción chavista ahora en la mira del oficialismo

Nicolás Maduro.

Caracas.- Todo el peso del poder en Venezuela puso su marca sobre Pedro Lupera, un fiscal casi desconocido que está hoy en la mira de las autoridades con una orden de captura, pero que hasta hace una horas era el líder una de las mayores investigaciones de corrupción contra funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro.

El fiscal del Ministerio Público en materia de corrupción forma parte del escuadrón de la exfiscal Luisa Ortega Díaz, una antigua partidaria del Gobierno que rompió filas hace unos meses, y pasó a encabezar la lista de enemigos de la llamada revolución bolivariana y bandera del chavismo disidente enemistado con Maduro.

El nombre de Lupera salió del anonimato con la denuncia de Diosdado Cabello, hombre fuerte del oficialismo, que se presentó ante la Fiscalía -dirigida ahora por el recién nombrado Tarek Saab- acusándole de estar al frente de una red de extorsión que controlaba junto al esposo de Ortega Díaz.

La acusación retumbó con los soportes de supuestas cuentas en el extrajero de origen injustificable por varios millones de dólares. En poco minutos Saab, que reemplazó a Ortega Díaz tras un rudo movimiento de los oficialistas en el poder, respaldó la denuncia con las mismas pruebas que minutos antes destapó Cabello, y que ya fue cursada a manos del presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, otro poderoso articulado con el oficialismo.

En coro, la presidenta de la todopoderosa Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez -también fiel aliada de Maduro-, ha secundado la denuncia. El que todos los procesos iniciados recientemente por los hombres pesados del oficialismo frente a la alta corte hayan terminado con destituciones, detenciones, prohibiciones de salida del país, sugiere el predecible futuro de Lupera.

Pone en blanco también las investigaciones de su despacho como fiscal nacional en materia de corrupción que mantenía en desarrollo los casos más grandes que se hayan iniciado en los últimos años contra funcionarios del Ejecutivo.

En su haber, llevaba casos contra Petropiar, una empresa mixta de la estatal petrolera venezolana PDVSA y la estadounidense Chevron. En este caso se imputó al gerente general por las supuestas irregularidades en el otorgamiento de órdenes de compra con sobreprecios en los bienes adquiridos por la empresa dedicada a la explotación de la rica Faja Petrolifera del Orinoco.

En julio de este año la propia Fiscalía, aun en manos de Ortega Díaz, citó a los gerentes de Procura, de Parada de Planta y supervisores de analistas de Compra y de Materiales para ser imputados.

Lupera llevó también los casos en los que citaban en calidad de imputadas a Elita Del Valle Zacarías Díaz y su hija María Eugenia Baptista Díaz, la suegra y esposa, respectivamente, del diputado y exministro de Transporte Terrestre y Obras Públicas, Haiman El Troudi.

La lista de casos acumula también investigaciones contra el exgerente de Bariven -filial de PDVSA- Ramiro Farit Rodríguez, por presuntamente incurrir en la contratación irregular para la adquisición e instalación de maquinaría del complejo petrolero José Antonio Anzoátegui, por decenas de millones de dólares.

El fiscal no solo lideró casos contra funcionarios sino también contra el antichavismo, entre ellos el de corrupción contra el exgobernador del occidental estado Zulia Manuel Rosales, que mantuvo al opositor en fuga varios años y luego en prisión por un breve periodo, un caso que data de 2009, cuando entonces Ortega Díaz era aliada del Gobierno.

En su trayectoria, Lupera llevó a la destitución y detención del exalcalde chavista Edgardo Parra tras descubrirse una oficina paralela de la autoridad municipal para manejar una red de empresas que servían de centrífugas de los recursos otorgados.

Hace apenas unos días que la exfiscal, despechada por su destitución, había anunciado que tenía bajo la manga métodos para avanzar en investigaciones como la de Odebrecht, con un tejido más profundo del que había desvelado hasta ahora, pese a haber dejado el despacho.

La historia de los últimos siete años del Ministerio Público quedó partida en dos desde que la exfiscal general rompió filas con el chavismo en el primer trimestre de este año, pues mientras antes de ese momento todas sus acciones fueron cuestionadas por los opositores, después ese deslinde pasó a ser atacada por el oficialismo. Pero sobre todo pesa la duda de cuándo fue la fiscal mala o cuando fue la buena.

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