El liderazgo formado por más de 6,500 dirigentes de entidades sociales del DN y las 31 provincias dominicanas, no había sido consultado como se debe, sobre cuál es su visión y sus proyectos prioritarios de salud.
Al contrario, desde hace 20 años el poder político registra una auténtica “fiesta legislativa” de aprobación de centenas de leyes, decretos, resoluciones y normas antípodas. El resultado es un sistema de salud “Torre de Babel” con altos niveles de ingobernabilidad y exclusión.
Se crearon leyes de salud y seguridad social 42-01 y 87-01. Se fundó SENASA, aparecieron decenas de ARS y AFP. El IDSS se transformó en IDOPRIL. Se organizó el Servicio Nacional (SNS) vía los decretos 635-03 y 379-14 y Ley 123-15, edictos que de forma atropellada, separaron las funciones de Salud Pública.
Como mercancía fetiche, un capital monetario ocioso superior al billón de pesos, coloca el “dinero” y no a las personas, al centro del sistema.
La ciudadanía se ha quedado sentada, sin utilizar el poder que le otorga la Constitución y el derecho a la salud. Pasiva ante gobiernos y ciertos sectores privados de este siglo XXI, que ofertan servicios, pero no curan enfermedades. Tampoco saben cuidar la salud para evitar males prevenibles.
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El manejo efectivo de la pandemia de covid 19, creó un halo de esperanza sobre cuál es el Ministerio de Salud que deseamos y cómo debiera aplicarse en todos los niveles, la estrategia de atención primaria, entre otras interrogantes clave.
Si se valoran, las provincias fronterizas de Dajabón Monte Cristi, Elías Piña, Pedernales e Independencia, se observan movimientos de población y más de 10 millones de toneladas de mercancías anuales intercambiadas con Haití. Dinámica que demandaría servicios y vigilancia epidemiológica especial.
Las provincias costeras de Puerto Plata, La Altagracia, La Romana, Santo Domingo, Samaná y otras, visitadas por más de 6 millones de turistas anuales, requerirían otras iniciativas. Proyectos para fortalecer el manejo saludable de la población criolla y extranjera. También, gestionar mejor los riesgos naturales.
Provincias del centro de la isla, como Valverde, Santiago, San Juan, La Vega, Monseñor Nouel y Duarte, entre otras, demandarían servicios coherentes a su pujante desarrollo agropecuario.
Todas las provincias podrían visualizar proyectos de control de hipertensión, enfermedad isquémica, diabetes, obesidad y mortalidades evitables en infantes y mujeres, coherentes con investigaciones y acciones de las Rutas de Salud.
Los foros regionales concertarán iniciativas para el Plan Estratégico Nacional de Salud 2030. Consultas enriquecedoras de los diagnósticos que se concluyen entre 160 organizaciones y 4 comisiones técnicas nacionales. Herramientas que ya arrojan, el perfil del rumbo que precisa con urgencia, el sistema de salud.