PARÍS. Terroristas relacionados entre sí mantenían secuestrados el viernes a varios rehenes en dos lugares cerca de París, sitiados por cientos de policías, mientras las autoridades ordenaban el cierre de un famoso barrio judío de la capital francesa y se apresuraban a proteger a los residentes y turistas de más ataques.
Francia está en máxima alerta debido a la posibilidad de que surjan más ataques luego del peor ataque terrorista sufrido por el país en décadas: la masacre contra el periódico satírico Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos el miércoles en París.
Los dos grupos de secuestradores al parecer se conocen entre sí, dijo un oficial de la policía que no estaba autorizado para hablar de las crisis de rehenes con los medios de comunicación.
La alcaldía de París anunció el cierre inmediato de todas las tiendas sobre la calle Rosiers del famoso barrio Marais, en el corazón de la zona turística. Horas antes del sábado judío, la calle está generalmente abarrotada de compradores, tanto franceses judíos como turistas. La calle está apenas a un kilómetro (0,6 millas) de distancia de las oficinas de Charlie Hebdo.
Dos hermanos relacionados con al-Qaida tomaron un rehén el viernes temprano y estaban acorralados dentro de una imprenta en Dammartin-en-Goele, en el noreste de París. Se cree que son responsables del ataque contra periodistas y otros empleados de Charlie Hebdo y que dejó dos policías muertos. Adicionalmente, el funcionario policial dijo que se cree que un hombre armado que el viernes tomó al menos cinco rehenes dentro de una tienda de comestibles kosher en el este de París es el responsable de la muerte de una mujer policía el jueves en París.
Las autoridades divulgaron una foto de él y una mujer que sería su cómplice, pero no estaba claro el paradero de la mujer. Horas antes, a 40 kilómetros (25 millas) de distancia, un convoy de camiones de la policía, helicópteros y ambulancias se apresuraron hacia Dammartin-en-Goele, una pequeña ciudad industrial cerca del aeropuerto Charles de Gaulle, a fin de acorralar a unos sospechosos de participar en el ataque contra la sede de Charlie Hebdo, quienes robaron un coche en un pueblo cercano después de permanecer prófugos más de dos días.
“Dijeron que quieren morir como mártires”, afirmó Yves Albarello, un legislador local que dijo estar en el puesto de mando, a la cadena de televisión francesa i-Tele. Se cree que los dos hermanos eran los agresores enmascarados que perpetraron el metódico ataque el miércoles sobre una reunión editorial en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo, matando a 12 personas en el centro de París. Uno de los hombres sitiados en Dammartin-en-Goele fue condenado por cargos relacionados con el terrorismo en 2008 y una fuente de seguridad estadounidense dijo que los dos hermanos estaban en una lista de exclusión aérea. Las autoridades evacuaron una escuela cercana en torno al mediodía del viernes, después de que los sospechosos accedieran por teléfono a permitir el paso de los niños, dijo a The Associated Press Audrey Taupenas, portavoz de la localidad.
Al menos tres helicópteros sobrevolaban Dammartin-en-Goele. Dos pistas de aterrizaje del aeropuerto Charles de Gaulle se cerraron a los vuelos de llegada para evitar interferencias en la operación, dijo un portavoz del aeropuerto. El ayuntamiento pidió a los vecinos que permanecieran dentro de sus casas. En el ataque del miércoles murieron 12 personas, incluso el editor jefe de la publicación, un caricaturista que llevaba escolta armada debido a las amenazas contra su vida tras la publicación de caricaturas del profeta Mahoma.
Él y su guardaespaldas fueron los primeros en morir, según los testigos. Los hermanos Cherif y Said Kouachi fueron identificados como principales sospechosos después de que uno de ellos pareciera dejarse el carnet de identidad de Said en un coche de huida que abandonaron. Los dos estaban atrincherados en el edificio de la firma de impresión CTF Creation Tendance Decouverte. Xaviar Castaing, portavoz jefe de la policía regional de París y la portavoz del ayuntamiento Audrey Taupenas dijeron que parecía haber un rehén dentro de la planta de impresión. Christelle Alleume, que trabaja al otro lado de la calle, dijo haber oído disparos durante su descanso para el café el viernes por la mañana. “Oímos disparos y volvimos muy deprisa porque todo el mundo tenía miedo”, dijo a i-Tele. “Nos ordenaron apagar las luces y no acercarnos a las ventanas”.
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, dijo que ambos hombres eran conocidos por los servicios de inteligencia. Una fuente estadounidense dijo el jueves que el hermano mayor había viajado a Yemen, aunque no estaba claro si estaba allí para sumarse a combatientes extremistas como al-Qaida en la Península Arábiga, que tiene su base en la zona. El hermano menor, Cherif, fue condenado por cargos de terrorismo en 2008 por sus lazos con una célula que enviaba yihadíes para combatir a las tropas estadounidenses en Irak. Además, ambos estaban en la lista estadounidense de exclusión de vuelo, dijo un alto cargo antiterrorista estadounidense. Las fuentes estadounidenses hablaron bajo condición de anonimato al no estar autorizadas a comentar de forma pública asuntos de inteligencia en el extranjero. Las fuerzas antiterroristas francesas conocían bien a los Kouachi, nacidos en París de padres argelinos. Cherif, un repartidor de pizzas, había aparecido en un documental de la televisión francesa en 2005 sobre el extremismo islámico y fue condenado a 18 meses en prisión en 2008 por intentar sumarse a combatientes que luchaban en Irak.
Charlie Hebdo llevaba tiempo recibiendo amenazas por sus chanzas sobre el islam, aunque también satirizaba otras religiones y figuras políticas. El semanario había publicado caricaturas del profeta Mahoma y un boceto del líder del grupo Estado islámico fue el último tuit enviado por el irreverente periódico, unos minutos antes del ataque. Su cuenta de Twitter no se ha actualizado desde entonces. En el atentado murieron ocho periodistas, dos policías, un empleado de mantenimiento y un visitante.
Charlie Hebdo tenía previsto lanzar una edición especial la semana que viene, producida en las oficinas de otro periódico. Entre las víctimas mortales se encontraba el editor Stephane Charbonnier, conocido como Charb. El dibujante “simbolizaba el laicismo… el combate contra el fundamentalismo”, dijo en BFM-TV su compañera, Jeannette Bougrab.
“Estaba dispuesto a morir por sus ideas”, dijo. Las autoridades en toda Europa han advertido de la amenaza que supone el regreso de yihadíes occidentales entrenados en combates en Oriente Medio. Francia tiene al menos 1.200 ciudadanos en la zona de guerra en Siria, sumando a los que viajaron al lugar, los que regresaron y los que murieron. Tanto el grupo miliciano Estado Islámico como al-Qaida han amenazado a Francia, donde se encuentra la mayor población musulmana de la Europa occidental. El sospechoso francés de un ataque mortal en 2014 contra un museo judío en Bélgica había regresado tras combatir junto a extremistas en Siria y el hombre que mató a tres soldados y otras cuatro personas en una escuela judía del sur de Francia en 2014 había recibido entrenamiento paramilitar en Pakistán.