El Instituto Postal Dominicano (Inposdom) ha emitido una estampilla postal con la figura del escritor, poeta, novelista, dramaturgo y geógrafo Francisco Javier Angulo Guridi (1816-1884), uno de los precursores de la literatura dominicana de hoy. Los homenajes y reconocimientos nunca son tardíos. Tienen su momento; los escritores el don de la inmortalidad y la virtud de la paciencia.
F-J Angulo Guridi se une hoy a grandes poetas y escritores como Salomé y Pedro Henríquez Ureña, entre otros que han tenido el honor que su retrato de la vuelta al mundo adosado al extremo superior derecho de una carta.
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Desconozco el criterio de la comisión filatélica para decir qué o quién merece figurar en un timbre postal con su imagen. Angulo Guridi, además de la calidad de sus poemas, novelas y obras dramáticas, lo amerita simplemente porque a sus Ensayos poéticos, cuyo pie de imprenta es de 1843 le corresponde el mérito de ser el primer libro publicado por un dominicano.
Me atrevería a decir sin embargo que nadie sabe con certeza hoy cuál es el último libro, no importa el género, publicado por un dominicano.
La bibliografía dominicana actual es tan voluminosa que no podemos imaginarnos que hace apenas 181 años que Angulo Guridi publicó sus Ensayos poéticos. Pero esa no es su única primacía editorial. Es también el primer dominicano que publicó en 1857 una novela: La fantasma de Higüey.
Hay quienes sostienen que es El montero (1856), de Francisco Bonó, publicada por entrega en París; pero connotados historiadores de la literatura no toman en cuenta la literatura por entrega o folletinesca por la dificultad de esas publicaciones para medir su recepción.
En cuanto a quién fue el primer dominicano en publicar un libro, además de Angulo Guridi, otros nombres giran en torno a la primacía: Andrés López de Medrano y Esteban Pichardo. Pedro Henríquez Ureña y Emilio Rodríguez Demorizi refieren que el libro más importante que llegó a imprimirse en Santo Domingo fue Tratado de lógica (1814), de Andrés López de Medrano, pero Henríquez Ureña observa que “ese Tratado de lógica se perdió”. Pérdida que implica que la primacía corresponde a Ensayos poéticos de Angulo Guridi dada a la estampa en Cuba en 1843.
Vetilio Alfau Durán en su documentado e interesante artículo “El primer libro de versos publicado por un dominicano”, descarta a Esteban Pichardo, nacido en Santiago de los Caballeros a finales del siglo XVIII, porque Pichardo en su Miscelánea poética (1823), apenas alude al país natal pues no se sentía dominicano, como en efecto, lo muestra su obra literaria.
Los que han intervenido en cuál fue el primer libro publicado por un dominicano, a pesar de sus sempiternos visos de polémica, coinciden en que al día de hoy ningún libro de autor dominicano fue publicado antes del siglo XIX fuera de la colonia; sabemos que la imprenta comenzó a funcionar efectivamente en el Santo Domingo español a finales del siglo XVIII. Moreau de Saint-Méry en su Descripción de la parte española de Santo Domingo (1783), afirma que la imprenta no se utilizaba en la parte española de la isla para imprimir libros sino hojas sueltas y publicaciones periódicas de pocos folios que siempre se vieron sometidas a la censura parcial de la Corona, luego de la reconquista de Sánchez Ramírez (1809). La Colonia española había sido cedida a Francia en 1795.
Alfau Durán, en el prólogo a La fantasma de Higüey, señala: “En 1843 [Francisco Javier Angulo Guridi] publicó en Puerto Príncipe, Cuba, su primer libro de versos bajo el título de Ensayos poéticos. Contiene unas cuarentas composiciones en las cuales añora la patria ausente: ‘Al Ozama’ al ‘Río Yuma’, a la ‘Torre del Homenaje’, a ‘Maguana’….”
Esteban Pichardo, aclara Alfau, sólo menciona su país de origen en uno de sus poemas; su novela El fatalista (1866) es considerada cubana; toda su obra lexicográfica es consagrada a Cuba. Pichardo era y se sentía cubano.
Más por honestidad intelectual que por espíritu de polémica, Alfau Durán restituye pues a Francisco Javier Angulo Guridi la primacía porque los poemas de Ensayos poéticos evocan la nostalgia al país natal.
El riguroso Alfau Durán en su prólogo a La fantasma de Higüey (1857), considera también que “[…] La fantasma de Higüey [de Francisco Javier Angulo Guridi], es la primera novela publicada por un escritor nativo.”
Por otra parte, si damos crédito al criterio de ciertos historiadores de la literatura que suelen no tomar en consideración los “folletines” que publicaban revistas y periódicos europeos a mediados del siglo XIX debido al poco alcance de su recepción y a la naturaleza intrínseca de este tipo de publicación. Vale recordar que Alexandre Dumas fue uno de los mayores expositores de la literatura folletinista francesa, tanto Los tres mosqueteros como El conde de Montecristo fueron publicados por entregas en el Journal des Débats de París de 1844 a 1846.
Su éxito fue tan impresionante que ambas obras aparecieron en formato libro al cabo de la última entrega en 1846. Es esa fecha que los historiadores de la literatura atribuyen a la primera edición. No la del Journal des Débats.
En tal sentido la primera novela por entrega recaería pues a Manuel de Jesús Galván que, en 1855, antes que Bonó, había publicado en diciembre de 1855 en El Oasis La puericracia, y, en 1856, Federico o el aburrimiento; y también ese año, Elvira y Manfredo.
Determinar cuál fue el primer libro publicado por un dominicano o cuál fue la primera colección de poemas o, más aún, la primera novela podrá parecernos, a simple vista, un falso problema; pero es la parte escondida del iceberg, pues lo que se pone de manifiesto con esas estadísticas, además del carácter reciente de la bibliografía dominicana, es el abandono de que fue objeto la Colonia de Santo Domingo por parte de España debido al sitio a que las grandes armadas imperiales de Francia, Holanda e Inglaterra, desde finales del siglo XVI hasta bien entrado el siglo XVIII, la sometieron. Esa condición de “frontera imperial”, como diría Bosch, le costó al país años para tratar de ponerse a nivel de lo que se escribía en el Continente hispánico.
Francisco Javier Angulo Guridi fue quien puso el primer libro de la hoy inmensa bibliografía dominicana.
- En ocasión de la emisión del timbre postal en honor a F-J. Angulo Guridi Santo Domingo, 9 de septiembre de 2024