Hoy 
No existe una actividad humana que revisa la importancia de una buena salud, ya que esta incide en la generalidad de la población, sin importar su condición social ni económica, por esto cuando un nuevo gobierno está en vía de establecerse todas las expectativas de la población están cifrada en gran parte hacia sus planes específicos en lo que concierne a la situación de la salud publica en todas sus vertientes.
Ha sido nuestra costumbre con varios gobiernos de los diferentes partidos, en el inicio de su gestión, hacer algunas sugerencias sobre los aspectos que consideramos vitales para la solución de los problemas fundamentales de ese sector.
Debemos reconocer con mucha pena que hasta ahora consideramos estas iniciativas como quijotescas, ya que ha sido como predicar en el desierto; no hemos logrado concientizar a las autoridades de turno sobre la importancia de que los problemas del sector salud deben ser enfrentados con una visión diferente a la que hasta ahora ha sido la costumbre enfocarla y como resultado hemos obtenido, un deterioro progresivo del sistema de salud dominicano y un descrédito casi absoluto de lo que representa esta actividad tan importante para la población, en la que el Estado invierte cada ves más recursos económicos y de toda índole.
El problema en definitiva está centrado en la búsqueda de la forma de cómo brindar servicio de salud adecuados a una población creciente, en un marco caracterizado por un encarecimiento progresivo de los costos de todo lo necesario para una correcta atención a los dominicanos que aun acuden a los hospitales, y yo diría que también caracterizado por insuficientes recursos económicos disponibles por parte de gobierno para atender esas urgentes demandas de la población.
La entrada en operación del Sistema de Seguridad Social en la parte concerniente a las prestaciones de atenciones directas a los pacientes, deberá cambiar la forma en que funcionan nuestros hospitales ya que el Estado o una ARS, deberá costear estas atenciones que hasta ahora solo eran responsabilidad del gobierno central y antes la imposibilidad de hacerlo, por el propio paciente.
Esto obliga a enfocar el aspecto salud en dos vertientes fundamentales que deberán normal las acciones en ese sector: 1.- La importancia de la participación y colaboración de la sociedad y sus entidades intermedias en la solución de sus problemas fundamentales.
2.- La delimitación clara de las acciones básicas de la SESPAS (vacunación, saneamiento ambiental, educación en salud, Etc.), dejando la organización de un sistema de atención hospitalaria con un nuevo esquema de funcionamiento, bajo la responsabilidad de otras estructuras que, aunque dependientes de ella tenga la consistencia técnica y administrativa, que permita la gerarquización de los servicios bajo criterios científicos, académicos y normas de moderna administración de los recursos económicos, humanos, equipos y materiales de apoyo a la actividad médica.
Entregamos durante la pasada campaña electoral al Dr. Leonel Fernández una propuesta de reorganización del sistema hospitalario dominicano y esperamos que ese nuevo esquema fuera debidamente ponderado, en la seguridad de que constituiría un paso de avance hacia la organización de un sistema de atención hospitalaria más justo y humano.
