Es sabido que la pandemia de la influenza, la llamada gripe española, cobro más de 40 millones de vidas en 1918 antes de que esta permitiera por “el efecto manada” de los sobrevivientes, con anticuerpos para enfrentar el virus, pero hasta ahora solo hay apenas un millón y seiscientos mil muertos, con 5 veces la población mundial de entonces, en tanto que circulan muchos miles de barcos, centenares de miles de aviones y millones de autos y motores que se desplazan por doquier.
Y solo 60 millones de contagiados, de manera que hasta que se vacune a la población solo podemos contener esa plaga con medidas de higiene, mascarillas y distanciamiento físico.
Frente a esa realidad, se imponen acciones eficaces que partan de la realidad concreta que vive el país.
Por esas razones, como médico psiquiatra y psicólogo social, con 60 años de trabajo, propongo lo siguiente:
1- Los únicos responsables de que se respeten el toque de queda en los lugares públicos y privados son los gerentes y dueños de los mismos, para la cual no se deben despachar comidas y bebidas desde media hora antes del límite establecido y deberían pagar una multa considerable, más el cierre por tres días, y en caso de reincidencia el doble de la multa y hasta un mes de clausura.
2- Las personas que viven hacinadas en una habitación y buscan un poco de aire puro y algo de distracción en la puerta de su casa no hacen daño si mantienen sus mascarillas y una actitud de respeto al protocolo establecido. De lo contrario debieran realizar trabajo comunitario.
3- Ya terminada la hora acordada para el toque de queda, debe permitirse al menos una o dos horas para que las personas lleguen a sus casas con toda libertad, sin ser detenidos, ni extorsionados por policías o guardias, lo que no conlleva ningún peligro y el transporte colectivo debe mantenerse vigente un protocolo correspondiente por el tiempo que sea necesario para evitar congestionamientos.
4- Es mejor permitir que se coloque alguna mesa para consumir en los patios y terrazas de los locales de expendio de comidas y bebidas durante los periodos hábiles, que abrirlas en áreas cerradas.
5- En el caso de la Ciudad Colonial, por su gran potencial turístico, debiera concedérsele el mismo tratamiento de los hoteles, pero manteniendo todo el sector bajo estrecha vigilancia para evitar abusos y desórdenes.
6- En general, esta emergencia sanitaria permanecerá con sus altas y bajas durante varios meses todavía y debemos trabajar porque la población coopere con la protección de su salud. Para eso los clubes culturales y deportivos, así como los trabajadores de la salud deben jugar un papel fundamental en el control de ese problema, por lo menos hasta la superación de la pandemia que padecemos.