Hace 25 años las televisiones de EEUU emitieron por primera vez “Friends”, la comedia sobre un grupo de amigos en Nueva York que marcó a una generación, incluyó en las guías turísticas al edificio en el que habitaban sus protagonistas y que sigue recaudando millones con un éxito aún vivo.
La noche del 22 de septiembre de 1994, la cadena NBC abrió las puertas de Central Perk, una de las cafeterías más celebradas en la cultura popular y en la que coincidieron Rachel, Monica, Phoebe, Joey, Chandler y Ross, seis amigos que trataban de sobrevivir a un Nueva York frenético con la complicidad de millones de espectadores en todo el mundo.
Durante su primera temporada, las aventuras y desventuras de los seis protagonistas congregaron a más de 24 millones de espectadores en EE.UU., que se mantuvieron pegados a las historias de “Friends» durante una década, hasta 2004, cuando la serie se despidió ante 52 millones de personas después de 236 episodios.
Pero tras sus diez años de emisión, con un éxito ininterrumpido, la popularidad de la comedia no parece que vaya a terminar, pues la que parecía una serie de tiempos pasados, para nostálgicos de otra generación, ha vivido un renovado interés con la revolución de las plataformas de “streaming” y su infinita oferta.
Desde su desembarco en Netflix, “Friends” se convirtió en una de las joyas del catálogo del gigante del entretenimiento, capaz de competir con las nuevas ficciones repletas de estrellas consolidadas, presupuestos inmensos y ambiciosas campañas de promoción.
Tan valiosa ha llegado a ser la joya que su productora original, Warner, no dudó en desembolsar este verano más de 400 millones de dólares para recuperar “Friends” e integrarla como uno de los diamantes de su futuro servicio de contenidos, disponible a partir de 2020.
Así, la serie de la década de los 1990 queda convertida en un reclamo principal del entretenimiento a las puertas del 2020. Sería una tarea casi imposible dar con un baremo que mida la influencia de la ficción sobre la cultura popular, pero las decenas de turistas que se congregan día a día, en el bohemio barrio de Greenwich Village de Nueva York, ante el edificio de apartamentos que simulaba ser la vivienda de algunos de los protagonistas “Friends” da una pista de lo profunda que es su huella.
Son varias las guías turísticas de la Gran Manzana que incluyen este complejo de edificios entre los puntos destacados de su ruta, y eso que ni Mónica, ni Rachel, ni Joey pisaron en verdad por ahí.
El edificio formaba parte de la ambientación neoyorquina de la serie, rodada en los platós de Los Ángeles, ciudad donde la nostalgia ha llevado a los estudios de la Warner a mantener el decorado de la cafetería Central Perk, el punto de encuentro de los carismáticos amigos.