En el pasado mes de junio de 2022 reconstruimos la «Historia de Ellas» reuniendo publicaciones emblemáticas que Petronila Angélica Gómez Brea y las 76 periodistas feministas hicieron en su sala de redacción, en Fémina. Entonces, amigas lectoras escribieron y solicitaron un recuento de nuestra historia como el realizado, pero para este mes de septiembre, pues conocedoras que justo ayer, el lunes 19 de este mes, el sufragismo pasó de la teoría a la acción en la Nueva Zelanda de 1893, les resultaba muy curioso conocer que pasaba entre las dominicanas.
Claro, la centenaria magazine fue establecida por la maestra normal y periodista en 1922, es decir, 23 años después de que se reconociera el voto por la intensa labor de la revista The Woman´s Herald, editada por la activista Kate Sheppard; pero sin dudas, traería esa génesis como la posibilidad de lo imposible, y sería también mediante el discurso que se crearía conciencia de la primera de las ciudadanías.
Pues bien, el 15 de septiembre de 1923, la maestra y escritora Mercedes Mota -reconocida y ampliamente recopilada por la profesora Ginetta Candelario, en “Cien años de feminismos dominicanos”, del Archivo General de la Nación- remite a la revista Fémina una colaboración que titula “Consideraciones”, en la cual sentencia el declive de las virtudes de la vida pública y advierte como culpable de todos los males al egoísmo. El antídoto que proyecta ante la situación que describe es dejarse guiar por la conciencia… Aunque no la nombra en su totalidad, se trata de la ¡conciencia feminista! Es preciso recordar que nuestras pioneras debieron argumentar preservando su integridad y evitando incitar a quienes se oponían a las reformas que conllevaría la ciudadanía para todas.
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También en 1923, ya internacionalizada Fémina, la socióloga mexicana Elena Arizmendi remite -ampliada- las bases de la Liga de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas, a través del artículo “Necesidad de clubs universitarios de señoras en la sociedad”; ella expresa: «En cualquier lugar, por pequeño que sea, en todas las poblaciones (…) se encuentran señoras y señoritas dotadas de carácter enérgico, muy emprendedoras y activas, que pueden tomar la iniciativa para crear centros de reunión o clubs en que puedan desplegar sus aptitudes». Y de esta manera rompe una de las metáforas del silencio que colocan a las mujeres fuera de la historia, ya que reconocía el impulso, la presencia y agencia de la obra feminista en todos los rincones de Iberoamérica, sobre todo en facilitar la “ilustración continua, para aquellas que ya siendo madres y esposas carecen del tiempo para ser instruidas”.
En 1924, ya para la edición número 51 de aquel 15 de septiembre, Consuelo Montalvo de Frías escribe “Eficacia moral y material”, ponderando la labor de instrucción e ilustración para las féminas de todas las clases sociales en la Escuela Industrial de Señoritas de San Pedro de Macorís, dirigida por la maestra normal Celina de González. “Adunando la instrucción material el fino estilo con que se imparte la educación moral que sabe infiltrar sutilmente en el corazón de las jóvenes educandas, establece una igualdad, que hace nacer el compañerismo que debe reinar entre las condiscípulas”.
Ellas, Petronila, Consuelo y María Luisa, son las autoras de un editorial sin título que establece, para septiembre de 1926, las futuridades del feminismo en el país que ya llevaban cinco años germinando: “FEMINISMO (sic) No será una tendencia sin delineamientos vigorosos, sino una fuerza preponderante y necesaria que contribuirá de una manera ventajosa al equilibrio de nuestras actividades sociales y políticas”.
Se trata, de los 5,000 archivos que componen a Fémina de la voz colectiva con mayor intencionalidad redentora para regenerar la nación y encausarla al progreso. Hacen entender, con esta argumentación periodística, que las mujeres dominicanas a quienes se les negaba el voto no constituyen una clase política, sino las hijas espirituales de las mártires que cosieron la bandera nacional.
¡Llega septiembre de 1927! Y con este mes, el encuentro con Elizabeth Murray, feminista estadounidense, autora de la Primera Historia Universal de la Mujer, y editora de la revista Magazine Internacional de la Mujer, publicada en Washington. Es un diálogo que permite reconstruir aún más el pensamiento de la maestra normal: “(…) Con curiosidad femenina preguntamos por ella en su cuarto No. 15, de donde salió al punto una dulce voz que interrogó. ¿Quién es? ¿Qué desea? I contestamos: Feministas, Periodistas (sic)”.