Aunque solo sirva como testimonio reiterado a las presentes y futuras generaciones, pienso que fue un error del Congreso Nacional, los líderes y los partidos, no haber aprovechado la oportunidad de restablecer constitucionalmente la “no reelección consecutiva”. Porque, tal como lo he expuesto, desde hace décadas, es el método que mejor conviene partiendo de la idiosincrasia dominicana. Pero al parecer, ya todo está consumado. Sin embargo, como lo considero un derecho, quiero reiterar, que las condiciones estaban dadas para que los principales dirigentes de partidos con representación congresual, comprendieran que la “no reelección consecutiva” es lo más parecido a lo que proclama la democracia dentro de una concepción criolla.
Cuando se habla de “no reelección consecutiva” se refiere a que ningún presidente en ejercicio pueda intentar reelegirse consecutivamente. Y digo intentar porque de los cuatro últimos mandatarios, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luis Abinader, tres lo lograron. Y a causa de la prolongación, dos provocaron divisiones partidarias. Me refiero al PLD y al PRD. Y eso, aunque para algunos haya sido bueno, no necesariamente lo fue para la democracia institucional.
Puede leer: ¡Qué difícil es la tarea de hacer cosas y dejar complacidos a todos!
Por tanto, partiendo de que tres de los cuatro líderes que lograron reelegirse, y de que quien tiene actualmente la mayoría congresual es el PRM que lidera precisamente el actual presidente, quien ha propiciado una modificación que de alguna forma trata de evitar la prolongación de mandatos, era suficiente para que los partidos se pudieran de acuerdo para lograr una modificación y restablecer la “no reelección consecutiva”. Porque además de que fortalece la democracia, también a los partidos que son los pilares que la soportan.
En ese sentido, como he expresado en muchas ocasiones, el método constitucional ideal para este país sería, según mi criterio, que a partir del 2028, ningún presidente en ejercicio de su mandato pueda postularse o aspirar para el período inmediatamente siguiente. Que cumpla sus cuatro años de ejercicio, y que, si es su deseo, y el partido a que pertenezca lo considera conveniente o necesario, pueda postularlo después de cuatro años de haber agotado su período. Porque son los partidos los que postulan a los candidatos.
Pero estoy convencido de que, aunque he escrito bastante sobre el tema, muchos no han entendido mi reiterado planteamiento. Una propuesta que no es nada nueva, porque así estuvo en la primera constitución dominicana del año 1844, en la del año 1963 promulgada por el profesor Juan Bosch, y que también fue una idea enarbolada por Peña Gómez. Y aunque lo he reiterado, sé que muchos no lo entienden.
Por todo eso, conociendo parte de nuestra historia, sus partidos y recordando algo de mis profesores de Contabilidad, mi intención ha sido tratar de que se fortalezca la democracia, partiendo de la idea de que través de ella se fortalecen los partidos y la institucionalidad; pero mucho más, cuidando los activos con los que cuenta el país. Porque como la suma de activos y pasivos conforman el patrimonio nacional, cuando con la mejor intención se limitan parte de los activos nacionales, de alguna manera se ve afectado el patrimonio de la República Dominicana. Ojalá me entiendan, aunque ya todo esté consumad