Fueron homenajeadas dos grandes artistas en alas del arte de la danza

Fueron homenajeadas dos grandes artistas en alas del arte de la danza

Irmgard Despradel y Lourdes Ramírez, dos grandes figuras de la danza de nuestro país, fueron homenajeadas por la Dirección General de Bellas Artes y la Escuela Nacional de Danza, nombrando dos salones de la institución con sus nombres.

Gracias por el honor de pronunciar algunas palabras en este merecido tributo, para ilustrar las carreras artísticas de estas glorias del arte de la danza:

“El alma de la danza les poseía, más que un mundo de formas y movimientos, la danza es poesía, y ellas como verdaderas rapsodas, en cada entrega dejaron su impronta”.

Puede leer: Fefita La Grande tras policías interrumpirle fiesta: «Es lo más grande que me han hecho en 57 años de carrera»

Les cuento… En la década de los 70 del pasado siglo, la danza en nuestro país inicia un nuevo período. La Academia de Ballet de Clara Elena Ramírez, presentó los ballet “Giselle” y “Las Sílfides” en el teatro Olimpia, de los que surge una gran estrella: Irmgard Despradel, que encanta por su dominio del estilo romántico. Luego destaca en otros estilos como en el ballet “Mascarada”, de Khachaturiam. Un momento estelar ya convertida en primera ballerina, fue su interpretación del “Pas de deux” del ballet “Rapsody in Blue”, junto al bailarín panameño Armando Villamil. Estos son solo algunos pasos que marcaron su larga y exitosa trayectoria.

Artista polifacética, Irmgard asume el rol de coreógrafa con el hermoso pas de deux “Scaramouche”. y el solo de Bernardette, de sugestivos movimientos al compás de rítmicos tambores.

A Lourdes Ramírez -Yuyú- el alma de la danza la poseyó, las grandes bailarinas trascienden no solo por su técnica, también por su pasión y entrega. Desde temprana edad el escenario formó parte de su vida. Su participación destacada en 1979 en las “Variaciones de Don Quijote”, presentado por el recién creado“ “Ballet de Bellas Artes”, integrado por las principales figuras de las academias de Magda Corbett y Clara Elena Ramírez, podríamos decir que fue el inicio de su exitosa carrera de bailarina. En 1980, su participación en el primer Ballet Histórico dominicano “Las Hermanas Mirabal”, de Eduardo Villanueva, en el que encarnó a “Minerva”, significó un momento estelar en su carrera; su sensibilidad, capacidad interpretativa, y su depurada técnica, la convierten en una bailarina de carácter. En 1981, Lourdes formó parte del recién creado Ballet Clásico Nacional. Carlos Veitía en 1983, presentó para la nueva compañía, su versión del ballet “Carmen”. Lourdes Ramírez interpretó este personaje, imprimiéndole su sello personal con bellos gestos y elegantes movimientos manteniendo la idiosincrasia del personaje de Merimeé y Alonso.

En el estreno de “Ballet Concierto Dominicano” en 1981, año histórico para la danza en nuestro país, Carlos Veitía presenta su nueva versión de “Carmina Burana” y Lourdes Ramírez brilla, y con fuerza y dramatismo se convierte en la “Diosa Fortuna” -variable como la luna- y pasando de la frivolidad de la Diosa, encarna “La Doncella” con exquisito lirismo, suspendida entre el amor y la castidad, logrando la diferencia entre ambos personajes, poniendo de manifiesto su versatilidad.`

Más leídas