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Roosevelt hizo en el 1932 una presentación real de la economía que le entregaron. Culpó fuertemente al Partido Republicano y expuso la gravedad de la misma. Hizo saber al país que se requerían de cuatro a cinco años para volver a la normalidad. Desafortunadamente, el presidente Obama contrario a lo de Roosevelt no culpó a nadie de la crisis. Al no hacer esto, abrió una brecha para que los republicanos y la extrema derecha, al año, lo culparan de la crisis que ellos mismos habían formado.
Sin embargo, Obama tomó la dramática decisión de salvar los bancos, la industria automotriz, etc. y crear un enorme estímulo fiscal y monetario; evitando, un semi colapso de la economía. Del 2008-2012, la campaña contra Obama, de parte de los republicanos, fue feroz. Esto causó que, aunque ganó la presidencia en el 2012, perdió, abrumadoramente, las dos cámaras y ayudó a que emergiera el Tea-party que tenía, aproximadamente, un 25% de los votos y de los escaños, creando una polarización del 2012 al 2016, sin precedentes. Prácticamente se ha paralizado la operación del Congreso, evitando tomar los grandes cambios estructurales que el momento demandaba.
Como planteamos anteriormente, no se han podido enfrentar los efectos de la confluencia simultánea de tres grandes revoluciones (globalización, tecnológica y gerencial), creando un aumento sin precedentes en la desigualdad, la pérdida de puertos manufactureros sin ningún tipo de respaldo del gobierno, etc.
Esto ha causado un aumento geométrico en el porcentaje de blancos norteamericanos que se han orientado a posiciones extremas contra el statu quo.
A doce días de las elecciones, caracterizadas por cambios abruptos diariamente, los observadores no salen del asombro ante las posiciones extremas e irracionales de Donald Trump, y que estas no reduzcan su posición electoral. Para responder a esta inquietud, estudiamos diversos trabajos especializados escritos por Martin Wolf (Financial Times), Molly Bull (Atlantic), etc.
La respuesta a la aceptación de Trump de esos grupos se encuentra en la evaluación realizada en los trabajos citados que plantean lo siguiente: 1) Los que están ansiosos económicamente no se están fijando en la validez de las propuestas hechas por Trump, sino en la seguridad que él les da de que va a resolver sus problemas. 2) Los que están furiosos se sustentan en el deterioro económico y el estatus socio-cultural que han sufrido en las últimas dos décadas.
¿Por qué siguen a Trump sin contemplaciones? Porque éste les ha prometido enfrentar el poder establecido y ha culpado a los componentes de éste y a los inmigrantes, a los negros, etc. Trump sugiere el vehículo para hacer el cambio extraordinario, aunque nunca los defina, y aunque, de una manera continua, emita declaraciones absurdas y mentirosas.
Hillary Clinton tiene una sólida experiencia y capacidad para enfrentar, adecuadamente, gran parte de los problemas actuales, pero ha tenido que enfrentarse a una serie de ataques extraordinarios durante el último año y medio, procedentes de la ultra derecha y, hasta hace tres meses, de demócratas liberales dirigidos por Bernie Sanders, lo que aumentó su tasa negativa, extraordinariamente, durante ese periodo. No obstante, el problema real de Hillary es que representa la quinta esencia del statu quo.
En esta situación, creemos lo siguiente: 1) Aunque ella gane, la polarización será enorme. 2) Estamos convencidos que aun Trump pierda se convertirá en una fuerza importante en Estados Unidos, ¿por qué? Porque ya no se trata solamente del candidato Trump, sino que se ha consolidado su mensaje extremo. Pensamos que Trump se convertirá, aun perdiendo, en una poderosa fuente de oposición en contra del poder establecido, incluyendo un segmento importante del Partido Republicano.
La economía norteamericana, afortunadamente, tiene las condiciones para echar hacia adelante, aunque sea moderadamente. Pero tengo una profunda duda de que la extrema polarización permita que el Congreso haga los cambios estructurales que se necesitan para enfrentar los serios problemas socio-políticos que existen, y más dentro del contexto de una economía mundial operando con tantas incertidumbres.