Germania Pellerano de Fiallo: “Una abuela es una madre que tiene una segunda oportunidad”

Germania Pellerano de Fiallo: “Una abuela es  una madre que tiene una segunda oportunidad”

Foto: Wendy Tactuk

Ella refleja de inmediato una paz y armonía que invita a un encuentro cálido y profundo. Su suave sonrisa va de la mano con su pausada conversación, llena de elocuentes afirmaciones positivas. Sus modales y movimientos reflejan su indudable amor por el arte, específicamente la danza clásica, de la que fue en su momento, una digna representante.

Pero más que todo, nos sorprende su emoción y su ternura al hablar de sus hijas y nietos, su entusiasmo pausado pero profundo, al confesarnos su entrega en la conformación de Pro-UNPHU, un proyecto de apoyo a las iniciativas de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, de la que su esposo, Arq. Miguel Fiallo Calderón, es Rector hace varios años, confirmando de entrada, que es una Madre y Abuela de este tiempo, del siglo XXI, y asegurándonos que transita entusiasmada el puente generacional que permite que exista un auténtico equilibrio entre los tesoros del pasado y la explosión de la modernidad.

Porque ella es, sin duda alguna, una auténtica representante de la mujer que se desdobla -con delicadeza y conocimiento, con astucia y firme convicción-, en sus variadas e importantes facetas de Madre, Esposa, Artista, Educadora y Abuela, siendo esta última, la que más disfruta, dándole sentido de permanencia a la importante labor de la Familia en el entorno de la sociedad de este siglo.

Conozca un poco más de Germania Pellerano de Fiallo, una hermosa y virtuosa mujer, con fuertes raíces de valores y principios, que ha dejado como legado a sus cuatro hijas, las que ya han conformado cuatro hogares que son modelos del amor y entrega heredadas de sus padres. Y cada una de ellas, la ha premiado con el inmenso amor de los nietos, convirtiéndola en una orgullosa abuela, tierna, amorosa y moderna, que comparte con todos, las experiencias de una vida plena y llena de bendiciones.

Germinia Pellerano y familia

Al llegar al hogar de los esposos Fiallo-Pellerano, nos envuelve una aureola de paz, de cálida bienvenida. El hogar, normalmente sereno, está lleno de la algarabía de los hijos y nietos, quienes se han concentrado en el hogar materno para nuestra sesión de fotos. Su anfitriona nos recibe con su acostumbrada simpatía, dándonos una bienvenida calurosa, que es mucho más que un simple cumplimiento.

Sin dudas, ella está feliz. Su casa respira algarabía y la inigualable alegría de los pequeños. Un hermoso jardín nos permite captar imágenes hermosas, con la maestría de nuestra fotógrafa, Wendy Tactuk. Y a pesar de ser un grupo bastante grande, todo fluyó de forma natural y armoniosa, permitiéndonos captar la verdadera esencia de una familia que competía con la belleza del entorno.

No hubo conflictos, ni problemas que reflejaran imposición o desacuerdo. Todos, desde los más adultos hasta los benjamines de la familia, pusieron de su parte para lograr captar verdaderas joyas de imágenes que reflejaran el amor que prima en esta familia. Germania, pendiente de todos los detalles, aceptó gozosa compartir una animada conversación para disfrute de nuestros lectores, donde podrán apreciar las claves de su éxito como familia unida y creyente.

¿Cómo definirías la maternidad?
El instinto de ser madre, toda mujer lo empieza a sentir desde sus primeros años. Al tener entre nuestros brazos a ese primer hermoso bebé de juguete que nos regalan, comienza ya la expresión de este sentimiento. Y cuando ya nos casamos e iniciamos la familia, los meses de embarazo, los cambios físicos que ocurren en tu cuerpo y lo más importante, el cúmulo de sentimientos y sensaciones ante el acontecimiento de traer al mundo un hijo, cambiará nuestra vida, nuestro tiempo y prioridades. Yo pienso que la maternidad es el momento más pleno de la mujer, donde deja de ser una, para convertirse en plural: su hijo y ella.

¿Que significaron para ti los nacimientos
de tus cuatro hijas?
Cada uno de los nacimientos de mis hijas fueron momentos únicos. Sobre todo con la primera Jethel María, con la que me estrené como madre. El miedo ante lo desconocido, momento de dolor en el trabajo de parto, cada instante, era un aprendizaje.

Con la segunda,Germania María, un corre-corre hacia la clínica y de inmediato a la sala de parto, y arribó la “manzanita”, como la llamaron las enfermeras por su carita redonda y roja. Con Giselle María, nuestra tercera hija, ya me conocía todos los pasos. Nació con unos grandes ojos y el pelo tan y tan rubio, que parecía blanco. Y con la última, Isabel María, llegué muy tranquila y empecé a hacer caminatas, a subir y bajar escaleras, pues quería que naciera el 25 de abril, el mismo día de su abuela materna y de su hermana mayor y así fue, llegó Isabel María, para alegría de sus tres hermanitas.

¿Echaste de menos un varón en tu prole?
¡Mis cuatro hijas colman de alegría mis días! Desde luego, al ser mi esposo Miguel, hijo único, hubiese deseado tener un varón.Pero el Señor fue muy generoso, y me ha regalado los esposos de mis hijas: Ricardo Taulé Paiewonsky, esposo de Jethel María; José Antonio Paiewonsky Papaterra, esposo de Germaine María; Jorge Manuel Dargam Espaillat, esposo de Giselle María y Willy José Cabrera Marcelino, esposo de Isabel María. Ellos son mis hijos mayores, todos respetuosos, cariñosos y excelentes esposos y padres de familia. Y por supuesto, una enorme alegría con los nietos, cinco de ellos varones.

¿Cómo definirías el proceso de educación y siembra de valores para cuatro hijas con poco tiempo de diferencia de edades?

Educar,¡qué gran responsabilidad asumimos los padres, maestros y educadores!
Desde la familia, núcleo central de la sociedad, el ejemplo es lo primordial. Esto supone esquivar relaciones tóxicas y establecer reglas claras. Nuestras cuatro hijas tienen una diferencia de cuatro años entre cada una. Nosotros, padres de Jethel María, la mayor, y de Germaine María, la segunda, no fuimos los mismos padres de Giselle María, la tercera, ni de Isabel María, la cuarta y más pequeña de nuestras hijas. ¡El mundo cambió! Un cambio vertiginoso y constante. Y las consecuencias que tienen en la cultura, los gobiernos y la sociedad, nos imponen a los padres, a escuchar interrogantes y compartir en un diálogo de comprensión y amor, las respuestas.

¿Qué fue lo más difícil en ese período de la adolescencia hacia la adultez?

Lo más difícil fue adaptarnos al entorno, horarios y cambios en modelo de comportamientos y los diferentes temperamentos de cada una de nuestras hijas. Quisimos educarlas con valores a través del conjunto de reglas que hace posible relacionarnos con los demás. Formar en civismo y en modelos de convivencia basados en el respeto, la empatía y la igualdad. El hecho de ponernos en el lugar del otro, cognitiva como emocionalmente, mejora la compresión. Por encima de todo, predicas con el ejemplo.

Ya todas tus hijas están casadas,
¿cómo has enfrentado el nido vacío?

El paso normal al dejar el hogar paterno, iniciar su autonomía y ser capaz de realizar proyectos por ellas mismas, sin depender de nadie; buscar nuevos caminos, cambiar la mirada, la perspectiva, formar sus propios hogares…Este paso fue gradual. Al tener 4 años de diferencia entre ellas, no sentimos tan fuerte el nido vacío, ya que la natural partida de las hijas, se alternaba con el nacimiento de los nietos.

¿Qué sensación te produjo el nacimiento de tu primer nieto?
Isabel María Taulé Fiallo, nuestra primera nieta, nos colmó de gran emoción, duplicidad de sensaciones, angustia, el proceso del embarazo, el alumbramiento, la experiencia que mi hija estaba viviendo. Hubo una mezcla de sensaciones ante lo desconocido para ella y por mi parte, recordar mis propios alumbramientos. Al final, una inmensa y tierna alegría.

Luego llegaron más y te has graduado de abuela. ¿Cómo te sientes de ser abuela, aún en tu plena actividad como mujer?
Como abuela activa y con muchos compromisos, ¡me siento inmensamente feliz!. Es descubrir similitudes con mis hijas y vivir las diferencias de temperamentos, las formas distintas de expresar cariño y un montón de vivencias.

¿Te consideras una madre y abuela moderna, o demasiado atada a los valores tradicionales de tus ancestros?
Soy una abuela con días muy comprometidos, aún muy activa, y esto enriquece más mi relación con cada uno de mis nietos.

¿La figura de la abuelita que hacía galletas y contaba cuentos, ha desaparecido. ¿Qué opinas tú de la abuela del Siglo XXI?
La abuela de hoy día responde a los tiempos actuales. Compartimos con nuestros ocho nietos, que van desde los 24 años, la mayor, hasta los 3 años, el menor. Les acompañamos disfrutando sus actividades deportivas, artísticas y religiosas. Es un compartir que se convierte en complicidad y alegre camaradería.

A tu modo de ver, ¿Qué cosas fallan o faltan en la educación de hogar en este siglo?
Pienso que son las actividades y compromisos individuales, familiares, los horarios, que muchas veces se cruzan, el tráfico…Pero además, los intereses de hijos y nietos, con las diferencias que responden a sus edades, complican el escenario. Esto resulta en una falta de tiempo de calidad. Es necesario que se comparta con más frecuencia, que fluya la comunicación de sus logros o aprendizajes, de las tristezas o alegrías normales, en el día a día.

¿Qué valores opinas que son imprescindibles para una familia emocionalmente sana?
Valores imprescindibles para una familia sana, donde por sobre todas las cosas prevalezca el amor, deben incluir los siguientes conceptos: Flexibilidad: No temer a los cambios ya que se aprende durante toda la vida; Autonomía: Ser capaz de hacer ciertas cosas por uno mismo; Emprendimiento: Capacidad de actuar responsablemente sabiendo lo que se hace (proyecto) y prever las consecuencias; Creatividad: Crear soluciones, nuevos caminos, cambiar la mirada, la perspectiva; Tolerancia: Es la base para vivir en armonía y respetar las diferencias; Responsabilidad: Asumir las consecuencias de nuestros actos; Entusiasmo: Trabajar, aspirar, elevar tus sueños hacia el cielo.

¿Cómo han manejado tus hijas sus propias familias? ¿Han continuado los parámetros familiares, o han establecido sus propias reglas?
Nuestras hijas han manejado sus familias conservando los principios y valores con las que las educamos. Por supuesto, cada una tiene su forma personal de transmitir y hacer que funcionen sus prioridades.

¿Qué papel debe jugar una abuela de este siglo a favor de la sociedad?
La abuela debe ser siempre amorosa, mediadora y compasiva. La abuela de hoy debe estar cerca de los hijos y los nietos. Cercana para colaborar en los momentos en que se demande su opinión ó su presencia, y lo sanamente distante para respetar y no interferir en lo que sus hijos establezcan como sus propias normas.
¿Cómo te consideras? ¿Una abuela cercana, cariñosa y consentidora, o una abuela lejana, autoritaria y mandona?
Como abuela soy cercana, sin saturar con mi presencia; consentidora, sin violentar las reglas de los padres. Siempre, siempre presente y ¡plena de amor hacia mis nietos!

Hay un dicho popular que afirma que los nietos se quieren más que a los hijos. ¿Cuál es tu opinión?
Los nietos son una prolongación de nuestros hijos. El amor hacia los nietos es incondicional, con la diferencia de que la responsabilidad de formar y educar les corresponde a los padres.

Hoy día, el papel de una abuela es como un justo equilibrio entre lo viejo y lo nuevo, ya que las abuelas de hoy se insertan sin problemas en el mundo tecnológico y digital, pero sin olvidar los valores que hay que preservar. ¿Qué opinas de esta afirmación?
Ese es el rol de la abuela de hoy, equilibrio entre lo viejo y lo nuevo. Mantenerse al día en el mundo de las tecnologías, solo así podremos comunicarnos con hijos y nietos y preservar los principios y valores. Estoy de acuerdo con esta afirmación.

¿Qué valor le das a la unión familiar?
La unión familiar es la piedra angular, el cimiento en que se construye la familia.

¿Qué cosas haces para mantener unida a la familia?
Propiciar encuentros, asistir a los eventos de cada uno de los miembros de la familia. Disfrutar con emoción plena esta cercanía.

¿Cómo quisieras que te recordaran tus hijos y nietos?
Quisiera que mis hijos y nietos me recuerden con alegría, que aprecien y valoren mi búsqueda de la armonía y la paz.

¿Cuál dirías que ha sido tu fórmula para lograr
una familia modelo?
No hay fórmulas mágicas para lograr una familia modelo. Disfrutar y respetar las diferencias nos enriquece. El amor por encima de todo, es la clave.

A tu juicio, ¿De qué adolece la sociedad hoy día?
La sociedad actual está formada por modelos errados que generan confusión. Las prisas y la falta de espiritualidad, a veces nos conduce a equivocarnos, a cometer errores.

¿Qué reglas básicas promueven la cohesión y el respeto en la familia?
Permanecer unidos en las diferencias, resaltar los valores morales, reconocer la lucha de cada uno de sus miembros, respeto, comprensión, tolerancia y sobretodo, mucho amor.

En esta etapa de tu vida, con un camino recorrido lleno de gratas satisfacciones profesionales y personales. ¿Cómo te sientes y qué sientes que te falta por hacer o cumplir?
Gratitud es el sentimiento que prevalece en mí. El compromiso con mi familia, con mi país. Respetar y hacer que se respeten los principios y valores. Esto es la herencia que le dejamos a nuestros hijos y nietos.

Algo más de…
Germaine Pellerano de Fiallo
Ballerina clásica y coreógrafa.
Propietaria y directora de la Academia de Ballet que lleva su nombre, fundada en 1979
Estudió Ballet Clásico avanzado en Dance Educators of America y fue solista por varios años en presentaciones públicas con el Ballet Ana Grullón de Pelllerano.
En su carrera como ballerina, obtuvo varios premios y reconocimientos.
Fue creadora y posteriormente Presidenta por más de 15 años de la Fundación Dominicana de Infectología
Es actualmente Dama de la Asociación Dominicana de la Orden de Malta y Vicepresidente de “Amigos del Museo de las Casas Reales”
Ha tomado cursos de Programación Neurolinguistica, Neurociencia y Aprendizaje y Neurociencia y Neuropsicología.
Es actualmente Coordinadora de Pro-UNPHU, un grupo de apoyo a la labor de la Rectoría, promoviendo la proyección de las fortalezas de la UNPHU y coordinando Cursos, Talleres, Conferencias y eventos, tales como UNPHU con el Arte, Talleres sobre Autismo, Creación Pienso en Verde y talleres y jornadas medioambientales entre muchos otros.

CONFESIONes..

Un sueño por cumplir…
Contribuir a un mundo con igualdad de oportunidades.

¿Cuál dirías que es la cualidad
que mejor te define?
La tolerancia.

¿Cómo te autodefines?
Soñadora, leal y solidaria.

El mejor momento de tu vida…
“El aquí, y el ahora”.

El peor…
No quiero recordarlo.

¿A qué le temes?
A lo desconocido.

¿Qué cualidades aprecias en las personas?
El respeto y la lealtad.

¿Qué cosas te hacen feliz, te arrancan una sonrisa desde dentro?
La felicidad de los míos, y de mi entorno.

¿Qué papel juega Dios en tu vida?
Dios es mi centro y mi guía.

¿Cuántos años tienes por dentro?
25 años.

¿En quién confías ciegamente?
En mi compañero de vida, en mi esposo.

¿Qué te ha enseñado la vida hasta ahora?
A no juzgar, a perdonar.

Lo defines….
Ser madre es… El mayor regalo.
Ser abuela es… Un doble regalo.
La familia es… todo.
El amor es…maravilloso.
Un nieto es… alegría.
Vivir es… el mejor regalo de Dios.

Epílogo
“Los nietos son los puntos que unen las líneas
de una generación con la siguiente”
Lois Wyse.

El último vehículo cargado de nietos se despide de los abuelos después de uno de los encuentros que más disfrutan: estar todos en familia. Sin embargo, éste tuvo una característica diferente, porque sin ser domingo, un cumpleaños o Día de las Madres, todos se reunieron en la casa materna para disfrutar de una experiencia gratificante. Además, muy a pesar de las tensiones de los cambios de ropa, las poses adecuadas y las sonrisas de todos para lograr una buena fotografía, todos disfrutaron el momento. Era notoria la armonía entre ellos. Era evidente el amor que fluía de cada uno, comunicándose armoniosamente como vasos capilares de un mismo corazón. Y es que la sonrisa suave de Germania, pausada, serena y tierna a la vez, es como un bálsamo tranquilizador o un embrujo que cautiva sin desperdicios, de manera natural y directa. Ella es el eje de ese hogar que ahora ve florecido en múltiples nietos, es el equilibrio, la paz, la armonía y permanencia de los valores que los mantienen unidos. Pero también se siente activa y productiva, con sueños y proyectos, con rutinas y aventuras, porque ella es una abuela con valores antiguos y estrategias modernas. Y es así que de repente, siente ese dulce sabor de sentirse bendecida por Dios, por haber logrado una vida plena, que no termina con los años, ni con la muerte, porque va más allá, atando lazos de generación en generación. No en balde se ha dicho que “los nietos son una renovación de la vida, un poco de nosotros que penetra en el futuro”. Y ciertamente es así. Nos sorprenden con la noticia de que esa pequeña parte nuestra, se prolonga en los nietos, de que es posible florecer la ternura en la adultez, de que es una obra maestra de Dios para perpetuarnos, para tener una nueva oportunidad de derrochar la ternura y los abrazos sin presiones, en una etapa donde el amor incondicional se derrama y se expande sin obstáculos o prisas. Y se siente bendecida, una vez más. Y agradece, agradece, agradece…porque en la gratitud se encuentra el amor, y en el amor, la consecuencia repetida y ampliada de aquello que sembramos.

M.L.

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