El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, ha informado acerca del crecimiento de la economía dominicana solo en diciembre pasado, situándolo en 7.4%. Tal progresión permitió que el 2017 concluyera experimentando una expansión acumulada del 4.6 por ciento. Ambas estadísticas son bastante significativas considerando los efectos adversos del paso de los huracanes Irma y María.
Dentro de ese contexto de sostenido crecimiento de la economía, en cuyo desarrollo las políticas monetaria y financiera ejecutadas por Valdez Albizu y su equipo juegan un rol principal, cabe destacar dos grandes logros: el déficit en Cuenta Corriente, US165.1 millones, representa el total más bajo de los últimos 13 años, mientras que las Reservas Internacionales Brutas, US6, 780.8 millones a diciembre del 2017, constituyen la acumulación más alta alcanzada en toda la historia del Banco Central, que abarca 70 años.
Para entenderlo mejor conviene recordar que el déficit en cuenta corriente es el saldo negativo de la balanza de pagos, que recoge las transacciones económicas por intercambio de bienes, servicios y transferencias. Lograr el superávit en ella parece un objetivo realizable a mediano plazo.
Las Reservas Internacionales, o Reservas de Divisas, son fondos de monedas extranjeras y Derechos Especiales de Giro que el país tiene depositados en el Banco Central, en el FMI o en otro organismo similar, con el propósito de saldar pagos internacionales, compensar eventuales desequilibrios o iliquidez en la balanza de pagos.
Otros resultados: entrada de divisas por exportaciones, turismo, remesas e inversión extranjera directa, US26,780.0 millones; superó el 2016 con US2,553.3 millones.