Atenas, Grecia. El gobierno griego se apresuraba el jueves para ultimar un plan de reformas para su tercer rescate financiero, esperando que en esta ocasión las reformas reciban la aprobación de sus socios europeos y eviten una salida potencialmente catastrófica de la moneda única, el euro, en cuestión de días.
El primer ministro, Alexis Tsipras, se reunía con miembros del Ministerio de Finanzas un día después de que el gobierno solicitara un nuevo programa de ayuda de tres años del fondo de rescate europeo y prometiera aplicar a cambio reformas inmediatas, también en impuestos y pensiones.
Grecia debe presentar el jueves los detalles de sus reformas, para dar tiempo a sus acreedores a revisarlos antes de una cumbre el domingo de los 28 miembros de la Unión Europea.
El jueves es “un día decisivo” para Europa, señaló Moscovici a la radio France-Inter, que se mostró optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo a cambio de propuestas de reformas “concretas, completas”.
“Tengo la sensación de que se ha establecido, o restaurado, el diálogo, y de que hay una salida”, dijo Moscovici. La falta de acuerdo podría suponer un primer paso hacia una salida de Grecia de la moneda única.
Las negociaciones de último minuto se producían con los bancos cerrados en Grecia, donde se impusieron controles de capital que limitan los reintegros en efectivo a 60 euros (67 dólares) al día. Los cierres se han extendido hasta el lunes.
Los pensionistas sin tarjetas bancarias se han visto especialmente afectados por los controles, ya que han tenido problemas para acceder a sus cambios.
Algunas oficinas bancarias abrieron la semana pasada para permitirles retirar un límite semanal de 120 euros cada uno.
El gobierno anunció el miércoles que estas medidas se renovarían con esa misma cantidad. Cientos de griegos ancianos hacían fila ante los bancos el jueves por la mañana.
Si Tsipras no llega a un acuerdo, Grecia afronta un casi inevitable colapso del sistema bancario, lo que podría ser el primer paso para que el país salga del euro. “Creo que tendrá que conseguir un acuerdo.
Lo pagaremos caro, pero al menos tendremos un acuerdo”, dijo el mecánico Pantelis Niarchos, que caminaba por la calle en el centro de Atenas.
Después de meses de negociaciones infructuosas con el gobierno de Tsipras, elegido en enero con la promesa de revocar la austeridad del rescate, los escépticos acreedores de la eurozona han dicho que quieren un detallado plan de ahorro de costes sobre la reforma.
Sin embargo, los principales acreedores están en desacuerdo sobre aspectos clave de cómo lidiar con el golpeado pero desafiante socio europeo.
La jefa del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, reiteró el miércoles que la enorme deuda griega necesitaría una reestructuración, algo a lo que se resiste Alemania, el mayor pagador europeo.
En declaraciones en Washington, Lagarde dijo que Grecia debe continuar sus reformas de ahorro de costes, pero añadió que “La otra pata es la reestructuración de deuda, que creemos es necesaria… para la reestructuración de la deuda”. “Podría ser que hubiera que revisar las cifras, pero nuestro análisis no ha cambiado”, dijo sobre la necesidad de ofrecer a Grecia unas condiciones de pago más favorables.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, añadió presión sobre los acreedores europeos, añadiendo que para alcanzar un acuerdo hará falta una quita, y describiendo una posible salida de Grecia del euro como un “error geopolítico”.