Un palo memorable. El miércoles se puso la capa roja de héroe del Escogido al sacar la bola del parque para dejar en el terreno de juego a los Gigantes.
Las últimas dos temporadas en Grandes Ligas han sido difíciles para el jardinero dominicano Gregory Polanco.
Entre lesiones y baja producción, el patrullero de los Piratas de Pittsburgh ha estado muy por debajo de las expectativas.
Eso así, hasta el punto de que en 2020 -en la temporada recortada por la pandemia- tuvo un WAR negativo de -1.2.
Pero el martes, Polanco se vistió de héroe con el uniforme de los Leones del Escogido, disparando un cuadrangular en el último turno al bate del encuentro, para la victoria.
Para Polanco, esto fue algo inédito.
“Nunca había conectado un jonrón para dejar al contrario en el terreno. Fue emocionante», dijo Polanco en una rueda de prensa virtual coordinada por los escarlatas.
Este juego, esperan los Leones, podría ser el inicio de algo importante para Polanco, que apenas batea para .097, con un jonrón y tres remolcadas en los ocho partidos que ha jugado.
Para ese momento, Polanco se preparó de todas las formas posibles.
“Yo busqué un bate nuevo, guantillas nuevas y dije se la voy a sacar, yo tengo que dar el palo ahora, y gracias a Dios me la dejó ahí e hice buen swing y se fue la bola”, reveló.
Y entonces la explosión de alegría no se hizo esperar.
“La felicidad era mucha porque lo anticipé. Corriendo las bases y mirando a los muchachos, celebrando yo ni sabía cómo pisar el home porque fue un momento muy especial que nunca voy a olvidar”, declaró.
Polanco atribuyó el buen turno a la mentalidad positiva que mantuvo, pese a que los batazos no habían salido como deseaba desde su debut la semana pasada.
“Todo está en la mentalidad y la agresividad y sobre todo tener fe en uno mismo”, concluyó.
Gregory Polanco
Nunca había conectado un jonrón para dejar al contrario en el terreno. Fue emocionante».
Yo busqué un bate nuevo, guantillas nuevas y dije se la voy a sacar, yo tengo que dar el palo ahora, y gracias a Dios me la dejó ahí e hice buen swing y se fue la bola”.
La felicidad era mucha, porque lo anticipé. Corriendo las bases y mirando a los muchachos, celebrando yo ni sabía cómo pisar el home, porque fue un momento muy especial que nunca voy a olvidar”.