La gripe estacional tiene fácil propagación y se contagia rápidamente en entornos como las escuelas y las residencias de ancianos. Al toser o estornudar, las personas infectadas dispersan en el aire gotículas infecciosas (con virus) y pueden infectar así a las personas en estrecha proximidad. El virus también puede contagiarse por las manos contaminadas. Para prevenir la transmisión hay que lavarse las manos frecuentemente y cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo al toser.
En los climas templados, las epidemias estacionales se producen sobre todo durante el invierno, mientras que, en las regiones tropicales pueden aparecer durante todo el año, produciendo brotes más irregulares.
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El periodo de incubación (tiempo transcurrido entre la infección y la aparición de la enfermedad) es de unos dos días, pero puede oscilar entre uno y cuatro días.
Puede verse afectado cualquier grupo de edad, aunque unos corren más riesgos que otros.
Las personas con mayor riesgo de enfermedad grave o complicaciones son las embarazadas, los niños de menos de cinco años, las personas mayores y los pacientes con enfermedades crónicas (cardiacas, pulmonares, renales, metabólicas, del desarrollo neurológico, hepáticas o hematológicas) o inmunodepresión (por VIH/sida, quimioterapia, corticoterapia o neoplasias malignas).
Debido a su exposición a los pacientes, los trabajadores de la salud y asistenciales corren gran riesgo de infectarse por los virus de la gripe y de transmitirlos, sobre todo a personas vulnerables. La vacunación puede proteger a los trabajadores de la salud y a las personas que los rodean.
Las epidemias pueden causar gran absentismo laboral/escolar y pérdidas de productividad. Los ambulatorios y hospitales pueden verse desbordados durante los periodos de máxima actividad de la enfermedad.
Datos y cifras
Cada año se producen unos mil millones de casos de gripe estacional; de estos, entre tres y cinco millones son graves. La enfermedad causa entre 290,000 y 650, 000 muertes respiratorias al año.
El 99% de las muertes de menores de cinco años con infecciones de las vías respiratorias inferiores bajas relacionadas con la gripe se producen en países en desarrollo.
Los síntomas comienzan entre el primer y el cuarto día después de la infección y generalmente duran alrededor de una semana.
Síntomas del virus gripal; sus diferentes tipos
Los síntomas de la gripe generalmente comienzan unos dos días después de la infección por una persona portadora del virus.
Existen cuatro tipos de virus gripales: A, B, C y D. Los virus gripales de tipo A y B circulan y causan epidemias estacionales de la enfermedad.
Los síntomas son: aparición súbita de fiebre, tos (generalmente seca), dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, malestar general intenso, dolor de garganta, secreción nasal.
La tos puede ser intensa y durar dos o más semanas.
En la mayoría de los casos, la fiebre y los demás síntomas desaparecen en una semana sin necesidad de atención médica. No obstante, en personas con alto riesgo, la gripe puede ser una enfermedad grave e incluso letal.
La gripe puede empeorar los síntomas de otras enfermedades crónicas y, en casos graves, provocar neumonía y sepsis. Las personas con otros problemas médicos o síntomas graves deberían solicitar atención médica. La hospitalización y la muerte por gripe son más frecuentes en grupos de alto riesgo.
En los países industrializados, la mayoría de las muertes relacionadas con la gripe se producen en personas de 65 años en adelante.
No se conocen bien los efectos de las epidemias estacionales en los países en desarrollo, pero las investigaciones indican que el 99% de las muertes de menores de cinco años con infección de las vías respiratorias inferiores relacionada con la gripe, se producen en esos países.
Preguntas frecuentes
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
La confirmación en laboratorio se realiza habitualmente mediante detección directa de antígenos, aislamiento del virus o detección del RNA específico del virus por PCR-RT (reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa). La OMS ha publicado y actualizado diversas orientaciones sobre las técnicas de laboratorio.
En el medio clínico se utilizan pruebas diagnósticas rápidas, pero su sensibilidad es baja en comparación con la PCR-RT, y su fiabilidad depende en gran medida de las condiciones de utilización.
¿Cuáles son los tratamientos?
La mayoría de las personas se recuperan de la gripe por sí solas. Aquellas con síntomas graves u otras afecciones médicas deberían solicitar atención médica.
Las personas con síntomas leves deberían: quedarse en casa para evitar contagiar a otras personas, descansar, beber mucho líquido, tratar otros síntomas, como la fiebre, buscar atención médica si empeoran los síntomas. Las personas de alto riesgo o con síntomas graves deberían recibir tratamiento antivírico lo antes posible. Entre ellas: las embarazadas, los niños menores de 59 meses, las personas de 65 años o más, las personas con otras enfermedades crónicas, las personas que reciben quimioterapia, las personas con el VIH.
Glosario médico
Vacunas
La vacunación es la mejor manera de prevenir la gripe. Hay vacunas seguras y eficaces que se utilizan desde hace más de 60 años. La inmunidad de origen vacunal desaparece con el tiempo, por lo que se recomienda la vacunación anual.
Se recomienda anual:
Para las mujeres embarazadas, los niños de seis meses a cinco años, las personas de 65 años o más, las personas con afecciones médicas crónicas, los trabajadores de salud.