Refleja las labores de autoridades para desactivar la amenaza, y parece presagiar el fin de las operaciones del grupo en la guerra
Moscú.- Mercenarios del Grupo Wagner están completando la entrega de sus armas a las fuerzas armadas rusas, informó ayer el Ministerio de Defensa, medida que sigue a la breve rebelión del ejército privado ruso el mes pasado con la que desafió a la autoridad del Kremlin.
El desarme de Wagner refleja las labores de las autoridades para desactivar la amenaza que representó, y también parece presagiar el fin de las operaciones del grupo mercenario en la guerra en Ucrania.
Persiste la incertidumbre sobre el destino del jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, y los términos de un acuerdo que puso fin a la rebelión armada al ofrecer amnistía para él y sus mercenarios junto con el permiso para trasladarse a Bielorrusia.
Entre las armas entregadas había más de 2,000 equipos, como tanques, lanzacohetes, artillería pesada y sistemas de defensa antiaérea, junto con más de 2,500 toneladas de municiones y más de 20,000 armas de fuego, dijo el Ministerio de Defensa.
El lunes, Moscú informó que Prigozhin y 34 de sus principales oficiales se reunieron con el presidente Putin el 29 de junio, 5 días después de la rebelión. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que los comandantes de Wagner prometieron lealtad a Putin y que estaban listos para “seguir luchando”.
Putin denunció la revuelta como acto de traición cuando comenzó y prometió un duro castigo para quienes participaron en ella, pero el caso penal contra Prigozhin se abandonó horas después como parte del trato. Al mismo tiempo, el jefe de Wagner aparentemente aún podría enfrentar enjuiciamiento.