CIUDAD DEL VATICANO
Las críticas de grupos conservadores al papa Francisco se intensificaron ayer luego de su intervención en la Orden de Malta, y varios carteles fueron colocados por todo Roma denunciando sus actos contra los católicos conservadores y preguntándole “¿Dónde está su misericordia?”. Los carteles aparecieron el mismo día en que Francismo consolidó su autoridad sobre la organización al designó al arzobispo Angelo Becciu como “portavoz exclusivo” del pontífice ante la orden.
Francisco dio a Becciu, quien es el número dos del secretariado de Estado vaticano, “todos los poderes necesarios” para ayudar a esa organización católica a sentar las bases para la reformación de sus estatutos, encabezar la renovación espiritual de sus miembros y preparar la elección del nuevo gran maestro de la Orden, que se espera dentro de tres meses.
La intervención del Vaticano con la organización soberana avivó las críticas al papa en los círculos conservadores que hasta ayer se habían limitado a manifestar sus preocupaciones respecto a la tendencia de su papado de priorizar la misericordia sobre la moral.
La Orden de Malta tiene muchos de los privilegios de un estado soberano, al emitir sellos de correo, pasaportes, placas de automotores y mantener relaciones diplomáticas con 106 estados, incluida la Santa Sede.
Ayer decenas de carteles aparecieron en Roma con la foto de Francisco y con la pregunta que hace referencia a la “decapitación” de los Caballeros, la marginación del cardenal estadounidense Raymond Burke y otras acciones que Francisco ha tomado contra grupos conservadores y tradicionalistas.
La violenta intervención del Vaticano suscitó alarma dentro de la Orden, que se enorgullece de su estatuto soberano. En cuestión de horas, Roma se llenó de carteles. La policía abrió una investigación a los grupos conservadores que las autoridades creen están detrás de los actos, y se apoyará en las imágenes de cámaras.
Los carteles subrayan la manera en que Francisco ha “ignorado a los cardenales”, referencia a los 4 cardenales, entre ellos Burke, que han pedido al Papa que aclare si personas católicas divorciadas o que se han casado nuevamente por lo civil pueden recibir la comunión.