CIUDAD DE GUATEMALA — Los guatemaltecos acudían el domingo a las urnas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que enfrentaban a la exprimera dama Sandra Torres con el conservador Alejandro Giammettei en una nación castigada por la pobreza, el desempleo y la emigración.
Giammattei, que se presentaba por cuarta ocasión al puesto, era el favorito en el sondeo CID-Gallup, que estimaba un apoyo de 39,5% para él y del 32,4% para Torres. La encuestadora entrevistó a 1.216 personas entre el 29 de julio y el 5 de agosto y daba un margen de error de 2,8 puntos.
Giammattei, que representa al partido conservador Vamos, se ha ganado una reputación de ser duro con el crimen y quiere reintroducir la pena de muerte. El médico de 63 años, que utiliza muletas para caminar porque padece escleroso múltiple, se opone férreamente al matrimonio homosexual y al aborto, y defiende los valores tradicionales.
Torres estuvo casada _antes de divorciarse_ con el expresidente Álvaro Colom (2008-2012), pero tiene una carrera propia como empresaria, en la que dirigió una compañía textil y de moda.
Su campaña se ha centrado en prometer mejoras en la educación, la sanidad y la economía. También ha propuesto un plan anticorrupción, pero su partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNES) ha sufrido un golpe porque algunos de sus candidatos a alcaldes han sido acusados de recibir contribuciones de narcotraficantes a sus campañas.
Los centros de votación abren a las 7:00, hora local, y cierran a las 18:00. Se esperan resultados preliminares para la noche del domingo. Hay unos 8 millones de votantes registrados en el país, pero es un desafío que la participación supere el 50%.
Guatemala celebró la primera ronda de las elecciones generales el 16 de junio, pero ningún candidato consiguió votos necesarios para asumir el cargo tras.
El ganador del domingo, que asumirá el cargo el 14 de enero, tendrá entre sus retos atajar el gran flujo de migrantes que salen hacia Estados Unidos. Al menos el 1% de los más de 16 millones de guatemaltecos ha abandonado el país este año.
El presidente saliente, Jimmy Morales, firmó el 6 de julio un acuerdo con Estados Unidos que obligaría a salvadoreños y hondureños a pedir asilo en Guatemala si cruzan al país en su ruta hacia Estados Unidos. El próximo presidente tendrá que decidir si anula o cumple el acuerdo de “tercer país seguro”, que podría reducir el número de migrantes que llegan a la frontera estadounidense.