Nunca he entendido porqué, si de lo que se trata es de salir a perseguir y apresar a los delincuentes y eventualmente desmantelar sus estructuras criminales, hay que anunciar con bombos y platillos las acciones que se tomarán, pues se pierde la ventaja que siempre da el factor sorpresa y se les pone sobre aviso, lo que les da la oportunidad de replegarse, de no dejarse ver en las zonas donde la Policía anunció de antemano su presencia; o simplemente se trasladan a otros sectores, barrios o provincias donde hay menos vigilancia o no hay ninguna, pues no hay suficientes guardias y policías para cubrir tanto terreno todo el tiempo.
Puede leer: ¿Qué pasa en el PLD?
Es lo que debe estar pasando también con el operativo “Navidad con Moderación y Responsabilidad 2022”, que anunció el pasado lunes la Dirección General de la Policía Nacional, con el que se incrementó de manera significativa el patrullaje preventivo “en todo el territorio nacional” con el apoyo del Ministerio de Defensa y las direcciones centrales de Investigación (DICRIM) y de Inteligencia (DINTEL).
No hay dudas de que la presencia en las calles de tantos guardias y policías en esta época del año disuade a los delincuentes de actuar con la libertad a la que están acostumbrados, lo que los ciudadanos agradecemos doblemente en estos tiempos pascuaros. Pero otros hacen como en Los Alcarrizos, donde comunitarios denunciaron que los delincuentes “le cogen el tiempo” a los policías de patrullaje, y simplemente esperan que pasen dejándose ver para volver a hacer de las suyas atracando a diestra y siniestra.
No sé si son cosas que cambiarán con la reforma policial en marcha, que ojalá llegue lo suficientemente lejos para que podamos ver esos cambios, pero debo insistir en que no acabo de entender porqué, cuando se monta un operativo para reforzar la seguridad ciudadana, hay que avisarle a los delincuentes cuándo y dónde se les piensa perseguir, y cuántos agentes policiales, unidades motorizadas incluidas, se utilizarán.