El pasado martes estuve en Bávaro y noté una gran disminución del turismo proveniente del Este de Europa, muy especialmente el de Rusia y Ucrania. El motivo es harto conocido, la guerra que actualmente libran esos dos países y que ha dejado varados en Punta Cana a miles de turistas provenientes de ambos países.
Indagando con los vendedores artesanales de la Plaza Bibijagua, me informaron que los vuelos Moscú-Punta Cana habían sido suspendidos por motivo del boicot, que tanto la Organización del Tratado del Norte (OTAN), como los Estados Unidos de América, han emprendido contra Rusia por haber atacado militarmente a Ucrania. También me informaron, que el turismo de parte de los rusos es el segundo más importante después del estadounidense sobre todo, por la suspensión de los vuelos directos Rusia-Punta Cana.
Al oír un idioma incomprensible para mí, indagué la procedencia de estos turistas y me manifestaron provenir de Varsovia, Polonia, desde donde todavía afortunadamente hay vuelos directos hasta Punta Cana. En ese sentido, la mayoría de los turistas que han permanecido varados como consecuencia de ese conflicto retornan indirectamente a sus países por esta vía.
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El ministro de Turismo ha manifestado en declaraciones a la prensa, que la merma es de aproximadamente un 10% del total de viajeros recibidos por ese motivo. Sin embargo agregó que se han cancelado más de 52,000 vuelos de personas que viajarían a la República Dominicana por motivo de ese conflicto, que de no detenerse pronto, podría aumentar las cancelaciones.
Los turistas, sobre todo los ucranianos que no podían retornar a su país, donde se les proporcionó alojamiento provisional, ya que tenían reservación en los hoteles de la zona por un tiempo determinado, pudieron ser, ya que habían profesionales en varias materias, tratados de contratar mientras durara su situación de refugiados involuntarios. No debemos olvidar, que eran personas con condiciones especiales, muchos de ellos profesionales que bien pudieron aportar a nuestro país sus conocimientos, aunque fuera solo por tiempo limitado.
Somos de opinión, que todavía nuestro país no ha calculado cuantos recursos se perderán si se mantiene el statu quo, ya que Rusia había previsto, que la conflagración no tendría una duración como la que hasta la fecha se ha prolongado. Ella preveía, que Ucrania no tendría la capacidad suficiente para soportar el embate que hasta ahora ha tenido una duración mayor de un mes.
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Nuestro porvenir dependerá de las negociaciones que hasta ahora están llevando a cabo los diplomáticos de ambas naciones en Estambul, Turquía, país que ha se ha ofrecido para propiciar un tratado para finalizar las hostilidades. Ahora bien, las condiciones que ha presentado Rusia, si no se aminoran, difícilmente se pueda llegar a un consenso.
Hasta ahora, Ucrania ha manifestado que retirará su intención de convertirse en miembro de la OTAN, uno de los motivos que dieron origen a esta guerra, ya que Rusia había exteriorizado que no permitiría la instalación en su antiguo territorio de una organización que tiene como premisa, que un ataque contra uno de sus miembros, movilizaría el conjunto de sus miembros para la defensa del agraviado. Según el presidente Putin, esto sería tener el enemigo dentro de su propio territorio.
Nuestro país no debería involucrarse de ningún modo, ni siquiera opinar y para mantener una neutralidad absoluta que en el futuro le pueda perjudicar. Por eso, debe tener mucha cautela en la retención del yate Flying Fox, que aparentemente pertenece a un magnate ruso, pero cuya matricula está inscrita en un país de pabellón complaciente, tal como es la isla de Gran Cayman.
Hacemos votos para que esta contienda se termine lo antes posible y que se restablezca el statu quo pos guerra.